La empresa encargada de la reparación del talud del Corredor do Morrazo continúa con la implantación de las medidas correctoras para minimizar los vertidos al río Saíñas y que estos puedan llegar a la playa de Rodeira, un arenal que cuenta con el distintivo de la bandera azul. La contratista prosiguió ayer con la colocación de pacas de paja en diversos puntos del cauce fluvial, como su desembocadura en Rodeira.

Estas balas de paja tienen como misión funcionar como una suerte de filtro y evitar que los posibles residuos lleguen al mar. Desde la Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Infraestruturas insisten en que se están adoptando "todas as medidas correctoras necesarias" para minimizar los posibles perjuicios derivados de la reparación del talud, una obra que tiene un plazo de ejecución de cuatro meses. Entre esas medidas correctoras se incluye la colocación de montículos de gravilla en los puntos con escorrentías que van a dar el río y la finalidad es la misma que en el caso anterior.

Preocupación municipal

La adopción de soluciones para impedir los vertidos fue una exigencia del Concello de Cangas, preocupado por el impacto que podían tener esos restos en el río y en una de las playas más importantes del municipio. El sábado está previsto que el alcalde cangués, José Enrique Sotelo, realice junto a algunos de sus concejales una visita de inspección para comprobar cómo están funcionando las medidas impulsadas por la consellería y la empresa Narom.

Las dos partes confían en que la llegada del buen tiempo contribuya a reducir el plazo de ejecución previsto y a agilizar los trabajos. Ese periodo se estima en cuatro meses, pero la intención de las dos partes es que el tráfico en el ramal de salida del Corredor pueda reabrirse antes del verano, que es uno de las épocas en las que la vía soporta un mayor volumen de circulación.