Las obras de destierre en la salida a Cangas del Corredor de O Morrazo son las causas del vertido que tierra que se detectó ayer en el río Saiñas, alrededor de las 18.00 horas, y que llegó hasta la playa de Rodeira, de la citada localidad. Esa fue la conclusión a la que llegaron tanto la Policía Local de Cangas como la de Moaña, que inspeccionaron la zona tras recibir el aviso de la Policía Autonómica. La alerta fue dada por el 112 después de que bañistas de la playa de Rodeira advirtieran de la situación.

El buen tiempo dejaba al descubierto una circunstancia que, según los agentes, podría estar sucediendo desde el mismo momento en el que comenzaron los trabajos. El nacimiento del río Saiñas está en los acuíferos situados justo en el talud de Ameixoada (Moaña) donde la Consellería de Infraestructuras trabaja denodadamente para devolver la normalidad a la vía, cortada desde el mes de marzo por desprendimientos en el tramo de salida a Cangas. Justo en medio del talud se aprecia una brecha por la que circula agua que atraviesa la vía.

Las policías locales de Cangas y Moaña siguieron el rastro al vertido y los agentes de Cangas apreciaron que la denuncia estaba fundamentada porque el agua del río Saiñas bajaba muy turbia, pero de inmediato pudieron percibir que era tierra. Tras ponerse en comunicación con sus compañeros de Moaña la pista les llevó al nacimiento del río Saiñas, en el talud que se pretende rebajar para evitar más desprendimientos en el corredor de O Morrazo. En esta operación también participó Protección Civil de Cangas.

Pero no había forma de intervenir. El vertido en el río era una consecuencia natural de los cientos de toneladas de tierra que se movieron a lo largo de esta semana, de ahí que no se tomaran ayer ninguna medida preventiva, aunque hoy se pondrá en conocimiento de las autoridades locales y autonómicas lo sucedido.

El río Saiñas desemboca en la playa de Rodeira, donde era muy apreciable el vertido de tierra, ya que el Concello de Cangas aprovechó el meandro que hace el río para acondicionar la zona. Desde los puentes de madera del paseo marítimo de Rodeira, los bañistas y personas que aprovecharon el buen día de ayer para pasear, percibían perfectamente como las aguas del río llegaban con un color chocolate. Fue su color lo que alarmó a las personas que decidieron ponerse en contacto con el 112.

Esta semana se habían intensificado las obras en el talud. Allí se puede apreciar como el agua baja por la ladera desde varios puntos.