El Ministerio Fiscal reclama que el acusado haga frente a una indemnización en concepto de responsabilidad civil de 50.000 euros "por los daños y perjuicios anímicos" que causó a su hija con sus actos. Según consta en el escrito de acusación, la joven sufre en la actualidad una serie de trastornos provocados por esos abusos continuados como dificultad para socializarse, irritabilidad, embotamiento afectivo manifiesto con dificultad importante para expresar sus sentimientos y emociones, conductas autodestructivas y alteraciones en la motivación sexual, con sentimientos de vergüenza y culpa.

La primera denuncia se instruyó en el Juzgado de Instrucción número 1 de Marín en 2012, que dicto el primer auto en el que se decretaba la prohibición de que el padre se acercase a su hija y ahora será el jueves cuando se celebre el juicio en el que deberán comparecer el acusado, víctima, investigadores y psicólogos, entre otros, y algunos de los testigos declararán detrás de un biombo.