El temporal con el que convive la comarca morracense en las últimas semanas, de forma casi permanente, está poniendo a prueba la consistencia y resistencia de los contenedores de recogida de residuos urbanos, que son víctimas de las fuertes rachas de viento y acaban muchas veces arrastrados por el suelo, con los consiguientes vertidos, peligro para la circulación rodada y el deterioro de los materiales, que debe asumir la empresa concesionaria de la recogida. Para paliar este problema, Recolte está ultimando un sistema de fijación de los recipientes que empezará a instalarse en las calles de la comarca con más problemas de corrientes y que pretende extender de forma progresiva tanto en zonas urbanas como rurales.

En unos casos el enganche será frontal, y en otros trasero, en función de dichas corrientes predominantes, según explica el concejal de Medio Ambiente de Cangas, Jesús Graña, que considera positivo dar ese paso, ya se previenen consecuencias indeseables para la población y, al mismo tiempo, la empresa evita los trabajos y gastos a mayores que le supone.

El elevado peso de los contenedores provoca que su caída por el viento genere un fuerte impacto y se vean afectados, entre otros, su pedal de accionamiento y su sistema de engranaje, que son de costosa reparación y en algunos casos obligan a sustituir la pieza. El sistema previsto evita que las rachas zarandeen los contenedores y sea más improbable que resulten arrastrados.