"Este santuario constituye mi obra integral como artista: tracé los planos, realicé el proyecto, dirigí la construcción, tuve carta blanca para la ornamentación interior del templo... En fin, que prácticamente lo hice todo". Este texto lo escribió Urbano Lugrís en una revista de la época y se refería a la capilla de Santos Reis, un edificio que diseñó por encargo del empresario y entonces alcalde de Bueu, José María Massó. La encomienda la recibió en 1948 y las obras concluyeron cinco años más tarde, con un acto y misa de inauguración que tuvo lugar el 4 de octubre de 1953 y que fue oficiada por el sacerdote Ángel Rama Lestón.

Lugrís llegó a Bueu durante la década de 1940. En aquella época entabló amistad con el escritor José María Castroviejo y a través de él conoció a los Massó. El artista pasó largas temporadas en la casa de los empresarios y tuvo acceso privilegiado a los fondos del museo de la familia, inaugurado pocos años antes por el premio Nobel Guglielmo Marconi. Para los Massó pintó cuadros y murales, algunos de los cuales se pueden ver hoy en el museo. José María Massó le propuso en 1948 asumir la reedificación de la antigua capilla de Santos Reis.

El templo original fue mandado construir en 1686 por el abad Fernando de la Rúa Freire, el impulsor del pazo de Santa Cruz y ascendiente del que unos siglos más tarde llegaría a ser presidente de Argentina. Lo que no está tan claro es que el edificio primigenio estuviese justo en el lugar sobre el que se levanta el actual. Desde la Asociación Cultural Santos Reis creen que en base a algunos restos que aparecieron en su día lo más probable es que estuviese en un soto situado un poco más hacia el norte. Aquella capilla cayó en el olvido a lo largo del siglo XIX, probablemente por abandono y sin descartar consecuencias relacionadas con la desamortización de Mendizabal.

La construcción de este templo fue la única obra arquitectónica que realizó Urbano Lugrís. "Aproveitou para plasmar todo o seu concepto alusivo ao mar e aos seus seres fantasmagóricos, como queda reflectido no arco da entrada", recuerdan desde la Asociación Santos Reis. Esa visión imaginaria del mar, sin duda tremendamente influida por las ilustraciones de los valiosos libros e incunables a los que tenía acceso en el Museo Massó, está muy presente en toda la obra de Lugrís. La temática marina es tan profusa en la decoración de este edificio que casi deja de lado la tradicional iconografía religiosa, salvo las figuras de San José y la Virgen María, que están en las hornacinas laterales de la fachada principal.

La capilla original estaba adscrita al antiguo pazo de Castrelo y cuando se decidió construir la reedificación la propietaria de entonces vendió una parte del terreno sobre el que se asienta el actual santuario. Esa mujer era Rolendis de la Cueva, madre de José Gómez de la Cueva, más conocido como Johán Carballeira.

La historia se repite

La historia a veces parece cíclica. La capilla fue inaugurada aquel 4 de octubre de 1953 y durante la década de 1970 ya había vuelto a caer en el olvido. La consecuencia fueron graves daños estructurales y el expolio del importante patrimonio que albergaba. Y es que Urbano Lugrís había diseñado un impresionante retablo para el interior para el que, según la Asociación Cultural Santos Reis, pintó cinco cuadros. Además en su construcción participaron los hermanos Rivas de Santiago, considerados como los grandes tallistas de la imaginería religiosa gallega de mediados del siglo XX. Antes del segundo olvido del templo se celebraban festividades como la de Reyes o la Epifanía, misas, bodas, bautizos y comuniones.

Ese retablo y esas pinturas desaparecieron, al igual que algunas de las figuras en piedra del exterior, aunque la encomiable labor de la Asociación Cultural Santos Reis permitió la recuperación de dos de ellas. La capilla volvió a ser reconstruida durante la década de 1980 y años más tarde vecinos de O Valado fundaron la mencionada asociación, que tiene como fin velar y promover la conservación de este importante patrimonio. En la actualidad la capilla sólo se abre dos veces al año: el 6 de enero para la celebración de Reyes, el que puede ser considerado su día, y en la Ascensión.

El viernes se cumplieron 60 años de su inauguración, un cumpleaños importante. "Pero só uns poucos nos lembramos desta data", lamentan desde Santos Reis. Una pena porque es una obra única de uno de los grandes artistas gallegos del siglo XX y porque es junto a la catedral de Colonia el único templo dedicado a la advocación de los Reyes Magos.