El proyecto del parque eólico de Pedras Negras, que promueve la empresa Enel Green Power España con la instalación de 14 molinos en la parte alta de Domaio (Moaña) y en Marín y Vilaboa, ha vuelto al debate político tras meses de silencio desde el rechazo que la declaración de utilidad pública tuvo de los concellos y de colectivos de la comarca durante el período de información a finales de 2012. A petición de la Alternativa Galega de Esquerda (AGE) se debatió ayer en la comisión de Industria del Parlamento gallego una proposición no de ley de los diputados Consuelo Martínez y Antón Sánchez sobre los efectos medioambientales de esta construcción. Entienden que supondrá un impacto muy negativo para la zona, el paisaje, para el medio ambiente y las actividades en la naturaleza y el monte, además de que no supondrá ningún beneficio, no mejorará el servicio de suministro eléctrico ni bajará el precio. En la proposición, AGE pedía retirar del Plan Sectorial Eólico de Galicia el área de reserva de O Morrazo.

El PP volvió a hacer una defensa de este proyecto, a través del portavoz de Conservación da Natureza, Santiago Freire, que reiteró que el proyecto de Pedras Negras "está a someterse ao preceptivo trámite ambiental, cumprindo estritamente a norma de referencia e mesmo estendendo ao máximo as garantías de participación cidadá". En este sentido dijo que por este motivo no resulta legítimo que la Xunta se pronuncie a favor o en contra de la viabilidad ambiental del proyecto, ni desde el punto de vista procidimental ni desde la perspectiva material o de fondo. Freire explicó que este trámite ambiental incluye el análisis de las repercusiones del proyecto sobre la biodiversidad, el paisaje, el turismo, la salud pública, el patrimonio cultural y arqueológico y el dominio público hidráulico, además de las repercusiones en la esfera local.

Reconoce que el rechazo a proyectos de esta índole, sobre todo como éste, incluido en un plan sectorial tramitado con todas las garantías jurídicas "só pode derivarse das conclusións referidas nos informes sectoriais técnicos, respondendo a criterios obxetivos e non a meras observacións". El diputado popular criticó el rechazo sistemático a los distintos proyectos eólicos desde los grupos de oposición y recordó que son muchas las experiencias en las que conviven las instalaciones eólicas con las actividades de aprovechamiento forestal y lúdico. Insistió en los beneficios económicos que un parque así conlleva para un concello. En concreto dijo que existen casos en los que los ingresos pueden superar los 300.000 euros anuales, que suponen porcentajes de hasta un 10% de los presupuestos municipales.

AGE, sin embargo, recuerda la gran contestación social que generó este proyecto cuya utilidad pública se expuso a información pública a finales de 2012 y que acabó con un rechazo de los concellos de la comarca, sobre todo el de Moaña, que albergaría 9 de los 14 molinos. La Alternativa Galega asegura en su iniciativa que la oposición no solo fue de los colectivos ecologistas y organizaciones de montes sino de los concellos "que coinciden todos en rexeitar ó proxecto manifestando a súa preferencia pola función polivalente do monte como fornecedor de actividades de lecer, de benestar, de madeira, negando polo tanto a utilidade pública do proxecto". Por ello que insiste en que el interés general son estos espacios naturales y no el negocio de una empresa.

Lo cierto es que desde el rechazo al proyecto en los plenos, no se volvió a conocer ningún avance en la tramitación. En mayo, la empresa aseguraba que seguía completando la tramitación correspondiente y que no tenía intención de renunciar al proyecto.