La flota de Francis Drake lleva años acaparando la atención de los arqueólogos gallegos. Quienes mejor conocen los avatares que sufrieron estos navíos, como Ramón Patiño o Miguel San Claudio, aseguran que este trágico episodio de la historia antigua de Vigo merece "una investigación más amplia" porque creen que hasta ahora, aunque celebran los resultados, los estudios solo han podido ahondar en los restos cuya localización ya era conocida, "pero queda toda la Ría por explorar", agregan.

Sostienen que al margen de la Ensenada de San Simón, donde se concentran los restos de los pecios de la batalla de Rande, entre este punto y las Cíes las aguas ocultan más piezas, secuelas de naufragios que ayudarían a explicar más aspectos no solo del paso de Drake por Vigo sino también de otros sonoros capítulos de la historia olívica. Precisamente con la intención de que la Administración autonómica reflexione sobre la necesidad de continuar apoyando estas investigaciones, el grupo García Alén ha dado parte de este último trabajo en los Castros de Nerga a la dirección xeral de Patrimonio. Los responsables de este departamento saben desde hace años lo que ocultan estas aguas, aunque solo han respaldado una acción puntual en los cañones localizados en A Borneira (también en Cangas).

Camuflados por la vegetación marina - A simple vista sería imposible atribuir lo que aparece en primer término de la imagen a un cañón del siglo XVI. "Hay que saber muy bien lo que se busca. Este nos llamó la atención porque solo está adosado a las rocas por los extremos, creando una especie de puente", apunta Abilleira. Al ser de hierro fundido, sacarlo a la superficie solo aceleraría su desintegración.