El malestar entre los vecinos de las zonas afectadas ayer era más que evidente. "Me tuve que ir a dormir al piso de una amiga, que está en la parte de atrás del edificio y que tiene doble ventanal, y tengo a un niño de siete años desesperado", cuenta una de residente en Ramal dos Galos. "Hay personas que tenemos que trabajar y necesitamos poder descansar. Esta semana casi me quedo dormida al volante por culpa de esta situación", denunciaba. Los propietarios de otros pisos se mostraban ayer desencantados porque creen que "el Concello va a ir dando largas al problema hasta que se acabe el verano y ya se dan por derrotados".