Cuando comenzaron con la acampada frente a la sucursal central de NCG en Moaña en el mes de diciembre, los afectados por las preferentes y subordinadas de Novagalicia Banco no podían imaginar hasta dónde llegarían sus fuerzas. Ahora, cuando echan la vista atrás, recuerdan lo duro que fue el invierno, las noches de lluvia y helada y algunas anécdotas que marcaron la protesta. "Fueron seis meses de actividad continua y queda mucho por hacer, nos quedaremos aquí hasta que todos recuperemos nuestros ahorros", explica uno de los portavoces de la plataforma de Moaña.

Los organizadores reconocen que es difícil mantener la protesta y piden a todos los miembros y antiguos afectados que colaboren para dar continuar a su reivindicación. "Ahora somos cerca de 30 personas manteniendo la acampada y necesitamos ayuda de todos", explican. La implicación es uno de los requisitos indispensables a la hora de formar parte de la plataforma, ya que "es importantísima la movilización para reivindicar la devolución de nuestros ahorros", matizan.

Los afectados lamentan su suerte y sostienen que la acampada "continuará el tiempo que haga falta". Francisco Otero está muchas veces en el turno de noche y conoce la crueldad del frío. "Estoy atrapado yo, mi hija y mi mujer así que vengo aquí casi todos los días y reconozco que se pasa mal, aunque siempre buscamos algún método para combatir el frío", explica. Su compañero, Francisco Currás, también sabe lo difícil que es luchar contra las bajas temperaturas para sostener una protesta indefinida en la calle. "En mi familia estamos todos atrapados, hasta un nieto de doce años que tiene 3.500 euros de la comunión y los cumpleaños en preferentes", resalta.

El caso de José Malvido también es uno de los más conocidos, ya que tiene a toda la familia afectada por las participaciones preferentes y obligaciones subordinadas. "Tengo una hija que no puede casarse y tuvo que aplazar la boda porque tiene su dinero atrapado, llevamos luchando meses y ahora nos dicen que devuelven los ahorros a los que tengan menos de 10.000 euros, es una vergüenza", sentencia.

María del Carmen García está "atrapada por preferentes y subordinadas" y admite que su paciencia está bajo mínimos. "No hemos recibido la llamada de Consumo y llevamos año y medio en la calle". Esta moañesa defiende el mantenimiento de la acampada como una medida de presión "vital" para su colectivo, aunque reitera que es importante la colaboración de otros compañeros para su mantenimiento.

Pero la presión no solo se sostiene en la calle. La actividad política de Moaña continúa paralizada de forma indefinida y ayer, por cuarta vez consecutiva, los afectados de NCG impidieron la realización de la sesión plenaria. Entre silbatos y cánticos, los miembros del gobierno abandonaron el salón de plenos después de suspender el encuentro político. Después, los afectados homenajearon a su compañero Pepe "O Caramuxo" por su protesta en el Congreso.