Martín Piñeiro llegó a la vida política municipal hace dos años, como número dos de la lista del PSOE. Tras la dimisión de Héctor Otero asumió la portavocía de su grupo político.

-Lleva dos años como edil y portavoz del PSOE. ¿Es muy difícil asumir una portavocía sin experiencia previa en la vida institucional?

-En un principio entré con el objetivo de aprender durante esta legislatura, pero debido a la rapidez del cabeza de lista en abandonar el barco valoré el asumir tal responsabilidad. No partía de cero, ya había trabajado en la administración local y sabía de su funcionamiento. Asumí el reto al contar con el compromiso y el respaldo de los militantes que históricamente sustentan el partido y que, desde un principio, creyeron en mí.

-¿Se va con la cabeza alta por el trabajo realizado hasta el momento? ¿Cómo valora su gestión en estos dos años?

-Por supuesto que me voy con la cabeza bien alta, tanto yo como mi compañera Toñi Queimaño. Qué persona pública puede decir que abandona tal y como entro. Yo podré seguir paseando y disfrutando de Cangas y no tendré que esconderme o vender falsos proyectos profesionales que me obliguen a irme.

Durante estos años hemos presentado mociones que emanaban de la misma calle y que demandaban los vecinos, hecho que hizo que mucha gente se sorprendiese. He buscado romper con la figura tradicional del político intentando que la gente creyese antes en mí como persona que en mí como representante de un partido. He intentado contagiar la vena crítica a mi generación y dar la oportunidad de cambiar las cosas desde dentro del sistema pero es muy difícil cuando los jóvenes más formados de Cangas emigran y a ello sumamos la actual desafección política.

-¿Qué es lo que más valora de todo este tiempo y qué aprendió sobre la política local?

-Lo que más valoro es el grupo humano y el esfuerzo altruista que muchos militantes me han demostrado por el bien de un proyecto. Me llevo amigos, incluso podría decir grandes amigos y eso hoy en día es de gran valor.

La actual política me enseñó bastantes cosas, algunas sinceramente me gustaría no haberlas aprendido. Te puedo decir que cobró sentido aquella frase de "Si realmente quieres conocer a una persona, dale dinero o poder".

-¿Las relaciones con Vilas fueron duras desde el principio. ¿Qué fue lo que más le dolió de su compañera?

-Las relaciones con María José Vilas debo reconocer que nunca han sido buenas. No ha entendido que no fui yo quien la relegó en la lista electoral y no fui yo quien la dejó fuera del proyecto inicial.

Debe comprender que estamos en un partido democrático en que hay que convencer con ideas y proyectos a nuestros simpatizantes y militantes y debe saber que los cargos de responsabilidad no se transfieren sino que deben contar con el apoyo de la mayoría. Un apoyo que nunca tuvo y que no supo aceptar.

-¿Es difícil dar el paso de dimitir de una responsabilidad así?

-No sé realmente que es más difícil, si dimitir o llevar a cabo esta responsabilidad en la actual situación que vive el partido socialista en este municipio marcado por la falta de un proyecto político.

-A su juicio y como militante, ¿qué debe hacer el PSOE de Cangas para volver a ser una alternativa de Gobierno en el Concello?

-Ser fiel a sí mismo. Crear un programa electoral real y creíble para los vecinos de Cangas. Es sin duda un camino difícil y llegar a ese punto será complicado, aunque no imposible. Confío en ello.

Pero también tengo claro que todos estos asuntos internos no benefician al partido que tardará años en volver a conseguir la confianza de nuestros vecinos.

-¿Sintió en alguna ocasión una falta de respaldo por parte de la organización a nivel provincial o gallego?

-Al contrario, debo agradecer a todos los niveles del partido el respaldo mostrado pero no se puede luchar contra una persona que no acata la disciplina de una organización. Mi renuncia es solo por motivos estrictamente localistas que es realmente por lo que me metí en política para desanclar al pueblo de Cangas del perpetuo pasado en el que vive.

-Es muy crítico con el nivel de la política en Cangas. ¿Cuál es, a su juicio, el principal problema en la vida municipal?

-Aferrarse al sillón está demasiado arraigado en la política de este Concello. Basta con observar los ediles que conforman la actual Corporación, muchos de ellos llevan no años sino décadas en política. Quizás lo más indignante es que luego se echen la culpa unos a otros de la actual situación del Concello, donde todos tienen parte de culpa. Basta con asistir a un pleno municipal para ver hasta dónde llega el rencor acumulado y las descalificaciones personales. Como ya he dicho en otras ocasiones es tal el rencor existente en la política local que impide dejar avanzar al pueblo.

-¿Renuncia a formar parte de una lista en la próxima cita electoral o depende del proyecto que forme la futura ejecutiva local?

-No se puede renunciar al deseo de que Cangas avance pero todo dependerá de las condiciones y el grupo de personas que formen parte del proyecto. Quiero dejar claro que el principal motivo de mi abandono es que este proyecto no se dirige a ningún lado. Soy de los que pienso y creo que los aspirantes a concejal deben tener formación previa y un conocimiento mínimo de la administración pública así como, sin duda, haber trabajado en la empresa privada. Se debe ser algo más que político.