La capilla de Santo Domingo, en Coiro, tiene un grave problema en su estructura e incluso podría acabar convirtiéndose en un peligro para los fieles que acudan al inmueble. Ayer el concejal de Urbanismo de Cangas, Rafael Soliño, trasladó a la Dirección Xeral de Patrimonio Cultural un informe realizado por los técnicos municipales en los últimos días. En este estudio se refleja el estado real de la estructura, para solicitar al organismo autonómico que financie la reparación, ya que se trata de una obra costosa a la que difícilmente podría hacer frente el Concello. Además, se trata de un elemento patrimonial.

Hacía varios meses que la Asociación de Veciños A Pedreira, de este barrio de Coiro, diera la voz de alarma ante la aparición de unas grietas en las paredes laterales que atraviesan de dentro hacia fuera unos muros con un grosor de 80 centímetros.

En la parte superior las fisuras son más gruesas, y eso se explica porque el problema parte de que la cubierta, que tiene unos 30 años, está cargando todo su peso sobre las paredes laterales, que incluso están abombadas y alguna de las piedras está desplazada, aunque ligeramente.

El tejado tendrá que ser sustituido completamente en la reparación. En un comienzo se apoyaba sobre una placa de hormigón armado, que protegía de su peso a las paredes laterales, pero con el paso del tiempo, y por culpa de que entraba agua por la cubierta, el metal de la placa se oxidó por lo que ya no sirve de soporte.

No se cierra

De momento, se descarta el cierre de la capilla pero la situación podría agravarse si no se actúa, a lo que habría que sumar el peligro de perder una capilla. Y es que en su defensa para que la administración autonómica asuma la obra el concejal de Urbanismo defiende que, más allá de un edificio religioso, se trata de un bien cultural que tenemos en Cangas y hay que darle una solución a sus problemas, como se haría en el caso de que fuese un cruceiro el que estuviese dañado.