El gobierno municipal de Cangas no quiso alimentar la polémica en torno a la casa pintada de azul en la calle Real. Definitivamente ayer la propiedad procedió a limpiar la piedra de la fachada, dejando al descubierto la calidad de la misma. Los operarios trabajaron ayer intensamente en lavar la fachada de la citada casa para restaurar la legalidad, que amenazaba a los inquilinos con una multa de hasta 6.001 euros.

El efecto del color azul "gamela" en el casco histórico de Cangas levantó polémicas y abrió dudas, muchas dudas. Surgieron firmes partidarios de que las casas del casco vello, protegidas por el Plan Especial de Protección Interior (PEPRI), se pudiese pintar con colores marineros. La oposición municipal, que tanto asume la defensa del casco histórico, no se mostró especialmente activa, de hecho no se posicionó formalmente, y algunos partidos no veían con malos ojos que se reconsiderase esta postura del PEPRI. Poco después, surgió una plataforma en defensa de la casa pintada de azul y unos días más tarde otro propietarios de una casa en el casco vello de Cangas, decidió pintar la parte alta de su vivienda, sita en las inmediaciones de la excolegiata de Cangas, de color rosa, lo que provocó otra actuación policial. Al día siguiente, el rosa se convirtió en ocre. Y es que el PEPRI permite solo colores claros para estas zonas, pero la piedra, en el caso de reforma, siempre debe quedar al descubierto.

Incumplimientos

El gobierno local defiende el PEPRI y no tiene intención alguna de dar marcha atrás, sin embargo, hay quienes recuerdan los múltiples vulneraciones a este plan de protección del casco vello de Cangas llevadas a cabo por los gobiernos de uno y otro color. Fue muy contestada las reformas de la Praza do Arco y de la Praza da Constitución, donde se tapó el regato Deja, a pesar de las peticiones populares para que quedase al descubierto. El gobierno alegó que no había dinero.