La Guardia Civil detuvo a última hora de ayer a un vecino de Tirán que huyó a media tarde después de amenazar con una escopeta a una patrulla de la Policía Local de Moaña y a una vecina, que previamente había alertado de que estaba causando destrozos en la casa en la que reside. El hombre, Joaquín Torres y de unos 50 años de edad, les esperaba apostado en una ventana y tras amenazar a los agentes escapó en un coche que tenía estacionado frente a la vivienda, situada dentro de la finca de Castroviejo. A continuación se montó un dispositivo de búsqueda y captura, con unidades especiales de la Guardia Civil, y que dio sus frutos poco después de las nueve de la noche, cuando Joaquín Torres fue detenido en la propia parroquia de Tirán.

Los hechos se desencadenaron a media tarde, cuando los propietarios de la finca Castroviejo llamaron a la Policía Local alarmados porque el inquilino que vive en una vivienda anexa, la de los antiguos caseros, estaba provocando graves destrozos en su interior, rompiendo cristales y muebles. Incluso apuntaban que se habían registrado disparos con una escopeta, un extremo que las fuentes oficiales consultadas no confirmaron. Lo que sí es cierto es que cuando en el lugar se personó la Policía Local el hombre les estaba esperando detrás de una ventana de la casa, situada justo al nivel de la carretera y desde la que podía controlar quien se acercaba.

Al ver la llegada de la patrulla de la Policía sacó la escopeta y amenazó con disparar si se acercaban, aunque sin llegar a hacerlo. A continuación aprovechó un ángulo muerto de la curva en la que está situada la casa para salir sin ser visto y escapar en un Seat Ibiza blanco. El vial por el que emprendió la huida comunica el lugar con la carretera general PO-551, a la altura del cruce del Camping Tirán, aunque también es posible continuar la bajada hasta el barrio de O Con.

Accesos vigilados

A partir de ese instante se montó un dispositivo de búsqueda encaminado a localizar tanto al huido como a su hermano, con el que al parecer compartía la vivienda. En un primer momento se informó de que Joaquín Torres habría podido huir en dirección Cangas y todas las entradas al municipio cangués estaban vigiladas por patrullas de la Guardia Civil, con los agentes protegidos con chalecos antibalas. La gravedad de la situación obligó a movilizar a unidades procedentes de Pontevedra para dar apoyo a las de O Morrazo, que también controlaban los accesos y salidas de la autopista AP-9.

Al mismo tiempo se mantenía un dispositivo de vigilancia en los alrededores de la casa por si el hombre decidía regresar al lugar. Al final de la tarde, Joaquín Torres fue detenido en la propia parroquia de Tirán por la Guardia Civil e inicialmente estaba previsto que fuese trasladado al cuartel de Cangas. Ahora será interrogado antes de pasar a disposición judicial, algo que podría ocurrir entre hoy y mañana.