Los ojos de la Eurorregión se clavan en las puertas delPalacio de la Moncloa. A media mañana el presidente del Gobierno, MarianoRajoy, recibe al primer ministro luso, Pedro Passos Coelho, enel marco de laXXVI Cumbre Ibérica que se celebra hoy enMadrid. Junto a ellos se sentarán a la mesa ministros de ambos lados del Miño -delEjecutivo español estarán, entre otros, la ministra de Fomento,Ana Pastor; o el de Industria,Energía y Turismo, José ManuelSoria- con el objetivo común de "modernizar las respectivas economías".

La cita resalta en el calendario de la región fronteriza Galicia-Norte de Portugal. En contadas ocasiones altos cargos de ambos países tienen una oportunidad tan clara y directa de encauzar acuerdos. Los regidores de laEurorregión lo saben y por eso exigen dos pactos inaplazables: un "compromiso firme", amparado por un calendario y fondos, con la modernización del tren Vigo-Oporto; y "soluciones" para el daño que infligen desde 2010 los peajes lusos en la economía norteña. Ambas cuestiones estaban ya sobre el tapete durante la pasada cita ibérica -a las orillas del Duero, hace justo un año- razón por la que los alcaldes reclaman ahora "ir un paso más allá" y materializar soluciones.

La confianza sobre los acuerdos que puedan salir hoy de Moncloa varía de un municipio a otro; no así la urgencia por dotar a las áreas metropolitanas de Vigo y Oporto de un enlace ferroviario de calidad. "La modernización de la actual línea está bien, pero yo hablaría de ir más allá porque el tema central para Vigo es la alta velocidad, la unión de ambas urbes en 35 minutos", apunta el alcalde olívico, AbelCaballero.Desde esa convicción demanda de la cumbre una"declaración de apoyo" que garantice que el proyecto no morirá en los cajones y se hará efectivo "en el medio plazo".

El mayor enemigo a batir son las "dificultades financieras" que, como lamenta el alcalde de Viana, José María Costa -presidente delEixoAtlántico- empañan la jornada antes siquiera de nacer . "Tengo expectativas moderadas sobre sus posibles acuerdos; eso sí, espero que aquellos compromisos que se alcanzaron en la última cumbre ibérica se profundicen ahora con fechas y metas concretas", apunta Costa. "No podemos tener una visión cortoplacista de recortes porque, cuando queramos retomarlo, tal vez sea tarde", previene su homólogo de Monçao, José Emilio Moreira.Desde Arcos de Valdevez -Francisco Rodrigues-, Ponte de Barca -Antonio Vassalo- y Tui -MoisésRodríguez- se exige "un calendario y modelo de financiación concretos" para el futuro.

En la actualidad el convoy ofrece un servicio que el propio alcalde deSalceda, Marcos Besada, tilda de "tercermundista". El usuario debe armarse de paciencia para cubrir el trayecto Vigo-Oporto en tres horas -el tiempo por carretera se recorta a la mitad- previa parada en casi una veintena de apeaderos. En 2012 España y Portugal pactaron una "mejora progresiva y sustancial" de la línea. El compromiso lo corroboró meses después el propio Passos Coelho en una entrevista con elEixo Atlántico; pero muy pocos fueron los avances reales.

La inversión de mayor calado se sitúa en territorio luso, donde es necesario electrificar 70 kilómetros entre Nine y Viana. Aunque Lisboa se había comprometido a reservar 47 millones de euros para esas obras en el Quadro de Referencia Estratégica Nacional, la partida real se quedó en 5 millones.España, que reservó 3 millones en los PresupuestosGenerales delEstado para electrificar los 5 km entre Guillarei y Tui, condiciona el inicio de los trabajos a que Portugal dé garantías de que cumplirá con su parte.

La segunda cuestión de calado son los peajes con los que Portugal grava desde 2010 el uso de las autovías lusas. La dificultad del pago -emplean un complejo sistema de pórticos- provocó una sangría de tráfico en la A-28 -la autovía que enlaza Galicia con Oporto- que queda patente en las estadísticas oficiales: desde 2009 el vial perdió 10.000 coches cada día, lo que tiene su triste reflejo en la economía de la región. Durante las últimas semanas ambos Ejecutivos avanzaron que hoy, con toda probabilidad, se hará público la compatibilidad de los dispositivos de pago españoles en Portugal -todo indica que los lusos enEspaña tendrán que esperar aún varios meses-.La medida genera satisfacción entre los alcaldes... pero no colma todas sus demandas.El efecto negativo del gravamen sobre el tráfico de los viales -algo en lo que insiste NelsonSantos, regidor de O Porriño, que reclama la potenciación de la A-28- lleva a los políticos a poner sobre la mesa la vieja propuesta de un área fronteriza -con un radio de 50 a 100 km- exenta del pago del gravamen.