Moaña cuenta desde 1871 con un Juzgado de Paz que, además de las labores propias de los asuntos penales, desarrolla una labor como Registro Civil que en estos momentos tiene los días contados. Este servicio está en el ojo de mira de la reforma integral de la Ley de Registros Civiles de 2011, en fase de anteproyecto por parte del Gobierno central, que contempla su desaparición en las localidades para ser asumidos por los Registradores de la Propiedad, que se califica como una "privatización", y centralizados en un registro único provincial. Por el momento se desconoce cuál será la nueva ubicación en la provincia, si en Vigo o en Pontevedra o en ambas pero lo que sí está claro, y así lo critican sus trabajadores, es que se alejará de los ciudadanos y se privatizará porque pasará a manos de los Registradores que cobrarán por ello.

El juzgado de Paz de Moaña registró a lo largo de 2012 un total de 3.317 asuntos, de los que 2.492 fueron asuntos penales (63 juicios y 790 exhortos judiciales como noticficaciones, citaciones, emplazamientos, requerimientos...) y 825 fueron asuntos civiles. El año pasado se atendieron en este Registro Civil 89 actos de conciliación y se recibieron 736 exhortos civiles.Al frente de estas dependencias, aparte del juez de paz, que en la actualidad ostenta Enrique Pedreño, están cuatro trabajadores -3 mujeres y un hombre- funcionarios de la Administración de Justicia: 2 del Cuerpo de Gestión, un agente y un tramitador.

María Luisa García Gil-Albert, funcionaria de Gestión, es también la secretaria. Natural de Asturias, lleva 30 años trabajando en el Juzgado de Paz de Moaña. Aprobó la oposición cuando todavía las instalaciones estaban en un bajo en el antiguo Concello y recuerda que cuando llegó y bien las duras condiciones de aquella sala se le cayó el mundo encima.Pero ahora, y después de tantos años lucha para que el registro se mantenga en Moaña. Desde 1998, el Juzgado está en las instalaciones del barrio de O real, en la calle Fragata Villa de Madrid.

Hace unas semanas iniciaron una campaña de recogida de firmas, que sigue abierta en el mostrador del juzgado, contra la reforma de esta ley y la desaparición del Registro en Moaña, del que se teme que sea el primer paso para la supresión de los juzgados de paz, algo que ya se empezó a tratar en comisión de expertos. "No hubo nadie de los que vienen al Juzgado que haya dejado de firmar", aseguran las tres funcionarias.

Es viernes y en poco más de media hora, a punto de cerrar por un día, pasaron por el Juzgado varias trabajadoras de una conservera para tramitar un poder notarial; otra mujer en busca de un certificado y un matrimonio joven con su recién nacido en brazos, de solo tres días, para inscribir su nacimiento. Natividad, con el pequeño Saúl en brazos, y Ángel, su marido, también firmaron.

En este campaña de recogida de firmas, ya han recogido 340 rúbricas.

En la entrada del Juzgado, ubicado en el populoso barrio del Real, en la calle Fragata Villa de Madrid, unos carteles también indican el malestar con la reforma: "Neste Xulgado recóllense firmas dos cidadáns de Moaña que queiran mostrar o seu desacordo e protesta contra o proxecto de privatización do Rexistro Civil que está elaborando o Goberno. A reforma do Rexistro Civil que planea o Ministerio de Xustiza vai supoñer, entre outras cousas, que nun futuro próximo o Rexistro Civil xa non estará neste xulgado de paz para obter certificacións, fes de vida, facer os expedientes de matrimonio civil...terán que ir a un rexistro da propiedade Vigo ou de Pontevedra e ademáis xa non será todo gratuito como é actualmente".

Cuando se apruebe la reforma, los moañeses tendrán que desplazarse a Vigo o a Pontevedra para realizar inscripciones de nacimiento, de defunción, de matrimonio, pedir fes de vida o cambios de nombre, entre otras competencias de este Registro que goza de autonomía salvo para algunas cuestiones que están bajo la competencia del Registro de Cangas. (divorcios, tutelas, separaciones...).