Mientras las vigas de la marquesina de la estación de autobuses de Cangas se desangran de óxido, el concesionario, la empresa La Unión, que pertenece al grupo Monbus, instala cámaras de seguridad en ellas. Lo hacían ayer por la tarde dos operarios, que subidos a una escalera situaba las cámaras (dos) de forma que pudiese percibir los vehículos que entran y salen de la estación de autobuses. Esta es la respuesta del concesionario a la prohibición del gobierno municipal de Cangas de cerrar con barreras los accesos de la terminal, porque según el Concello se trata de terrenos que en las Normas Subsidiarias de Cangas están calificados como zona de jardines.

La terminal de Cangas es especial en muchos sentidos. No se trata de una estación de autobuses al uso, precisamente porque está abierta al paso de vehículos y peatones, algo que el concesionario quiso impedir con las barreras y no le dejaron. El gobierno alega que cuando se construyó el acuerdo fue que ese espacio abierto se utilizaría como rotonda.

El concesionario alega que quiere cerrar la estación por motivos de seguridad y también porque en ese espacio abierto aparcan vehículos no autorizados que impiden el tránsito de los autobuses y numerosas ocasiones provocan atascos en la vía pública. El alcalde afirma que la solución no pasa por cerrarla, sino por avisar a la grúa municipal para que retire los vehículos mal aparcados. La negativa del Concello está ahora mismo en los juzgados.

Con las cámaras, tal vez se pretenda, tener un mayor control sobre estos vehículos que acceden a la terminal.

Pero no es del todo seguro que las cámaras de seguridad puedan grabar una zona pública. En el anterior mandato hubo muchas dudas al respecto, que surgieron a raíz de la iniciativa de un parte del tripartido de instalar cámaras el en parque galáctico, como consecuencia a los destrozos que se había producido al poco tiempo de su instalación. ACE sostiene que para este tipo de instalaciones era necesario un permiso del Ministerio del Interior y anuncia que tomará medidas.