En la Semana Santa de Cangas, las mujeres tiene el protagonismo que en otras localidades de España no tiene aún. Ellas mismas señalan que en encuentros con otras cofradías de la geografía española la Semana Santa aún guarda resquicios de una sociedad machista. En Cangas nunca hubo problemas de este tipo. Hoy en día no solo hay capuchones, sino que también hay portadores en las distintas cofradías. Pero no solo eso, la ya fallecida María del Carmen Lemos fue la primera mujer presidenta de una cofradía, la del Cristo. "Era algo que llamaba mucho la atención cuando acudíamos a congresos de Semana Santa por Castilla y Andalucía", comenta una de las cofrades.

En las instalaciones de la Compañía de María comenzaron a ensañar 18 jóvenes que sus maridos o padres pertenecían a la Cofradía del Cristo del Consuelo y dos jóvenes, uno de ellos tocaba el tambor que marchaba el paso. Porque fue así, las mujeres eligieron la cofradía a la que pertenecía su marido o su padre. Adela Martínez recuerda que escogieron para procesionar la marcha militar, con la peculiaridad de que el recorrido se realiza sin parar en ningún momento. Se optó por llevar los mismos colores que la cofradía a la que representaban y la organización las puso pegadas a los tambores.

Adela Martínez, Pilar Barreiro y Aurora Nogueira recuerdan que la primera vez que procesionaron les decían de todo. "Como los colores de nuestra cofradía son rojos y azules nos decían, ¡mira, ahí vienen las del Barça", comenta Adela, mientras que Pilar manifiesta que aún hay gente que se pone delante para verte los ojos, en un intento absurdo por descubrir quién eres. "Yo tenía 20 años cuando salí por primera vez. El que hoy es mi marido trataba de averiguar quien era y nunca fue capaz. Ahora le hago una señal para que sepa que soy yo", apunta Pilar. "Hubo quien se puso un lazo rojo en el capuchón harta de ver como su marido le daba siempre el bocadillo a otra", comenta riendo Aurora.

Aurora Nogueira tiene dos hijos, y los dos pertenece a la cofradía y acuden a procesionar. Su hijo el mayor lo hizo incluso antes de nacer, en la barriga de su madre. Tan pegados iban los capuchones a los tambores que el niño antes de nacer ya decidió que de mayor iba a tocar el tambor en la procesión. "El año pasado también procesionó una embarazada y este año tienen previsto hacerlo con su hija", comentan las tres cofrades del Cristo que recuerdan con añoranza los 25 años de los capuchones.

Poco importa el calor y el agobio que supone procesionar con el capuchón. Ellas lo hacen desde el compromiso de su fe, por eso hay días que acuden hasta dos procesiones. Es el Viernes Santo. Lo hacen muy de mañana, a las 6.00 horas en la procesión de San Pedro o el Encuentro y a las 20.00 horas en el Santo Entierro. Son entusiasta de la procesión de San Pedro. Dicen que es de las más bonitas y que es preferible que se programe siempre a las 6.00 horas, no a las 8.00 horas. "Vale la pena madrugar", advierten.

Aurora, Pilar y Adela recuerdan que no solo tiene capuchones su cofradía, sino también la de la Misericordia y la de la Virgen de los Dolores, que ahora ya hay muchos más hombres que cuando todo empezó hace 25 años, pero que las mujeres siguen siendo mayoría en este oficio de procesionar con capuchón. No olvidan cuando fueron invitadas a la Semana Santa de Ferrol. "Parecía que nunca se acababa la procesión. Tardamos horas en procesionar", recuerda tomando aliento Aurora Nogueira.