El consejo de administración de la Autoridad Portuaria de Vigo acordó ayer la rescisión de la concesión que la empresa Residencial Marina Atlántica (en fase de concurso de acreedores) tenía para la construcción de un puerto deportivo en la zona de O Salgueirón, frente a los terrenos de Massó en Cangas, en una franja costera de 54.029 metros cuadrados (más 64.879 metros cuadrados de lámina de agua). Lo hizo, según reconoce el presidente de la Autoridad Portuaria de Vigo, Ignacio López-Chaves, a petición del titular, que aclaró que todas las concesiones son discrecionales, es decir, depende de la Autoridad Portuaria concederlas o no. "Por muchas solicitudes que se realicen no significa que se tenga que dar la concesión". Recuerda que en los dos últimos años no se registró en la Autoridad Portuaria ninguna solicitud de concesión de lámina de agua y menos de semejante magnitud, como la de Massó, que se había otorgado en 2005. Residencial Marina Atlántica optó por solicitar la rescisión de la concesión en vez de transmitirla, que le hubiera sido más fácil. Eso explica, según López-Chaves, que no hay interés en el mercado por este tipo de concesiones como consecuencia también de la crisis. Volvió a manifestar que la empresa tendrá que pagar las deudas que mantiene con la Autoridad Portuaria de Vigo, relacionada con el canon anual de la concesión.

Al ser el titular de la concesión quien realiza la petición para rescindirla, la Autoridad Portuaria se evita problemas de indemnización que pudieran surgir en el caso de ser la administración quien decidiese poner fin de manera unilateral a la concesión que sobre Massó tenía Residencial Marina Atlántica.

El acuerdo del consejo de la Autoridad Portuaria de Vigo supone el fin absoluto del proyecto urbanístico diseñado por Norman Foster para esa zona y que estaba ligado al puerto deportivo. Este proyecto en tierra suponía la construcción de una urbanización con 750 viviendas, algo que ahora mismo se antoja totalmente desproporcionado, pero que en su día se vio muy factible, tanto que Residencial Marina Atlántica fue capaz de venderle a la desaparecida Caixanova el 51% de esta operación.

El alcalde de Cangas, José Enrique Sotelo, conoció ayer la noticia por boca del presidente del Puerto de Vigo, Ignacio López-Chaves, en un día festivo local al celebrarse la patrona de Cangas, la Virgen de Los Dolores. José Enrique Sotelo tiene la intención de pedir que el aval depositado por la empresa Residencial Marina Atlántica ante la Autoridad Portuaria y que se eleva a 600.000 euros se destine a la reparación de la zona. Sotelo recuerda que la empresa está obligada a restituir a su estado inicial la zona afectada por los trabajos que fueron paralizados en dos ocasiones diferentes: en el año 2006 y en el 2009, por colectivos vecinales. Pero hasta no hace mucho tiempo, Residencial Marina Atlántica quería mantener sus derechos sobre Massó, de hecho presentó en 2011 una solicitud de prórroga de la misma que la Autoridad Portuaria se la denegó en 2012. A pesar de esta decisión, la empresa anunció su intención de recurrir la negativa de la administración a prorrogar la concesión. Los argumentos que utilizaba era los impedimentos que se pusieron a la obra.

La crisis financiera y la del ladrillo suponen fin a un proyecto que supuso el segundo mayor conflicto social en Cangas, después del de la movida originada por la subida del catastro de urbana en época del alcalde socialista Lois Pena.