Tampoco salió en Coiro la Virgen de los Dolores. La lluvia lo impidió dos horas antes que en Cangas. Pero también es cierto que a nadie en el municipio cogió por sorpresa esta inclemencia meteorológica. Ya cuando en la Capela do Hospital se inauguraba la exposición de fotografías relacionadas con la Semana Santa, las apuestas eran más a que el tiempo iba a poner muy difícil que la Virgen de los Dolores saliera en procesión. Ni el recurrir a la vieja tradición de San José valía esta vez, ya que el santo había regresado mojado a la iglesia el pasado martes. También se refugiaban algunos en que se iba a realizar un trayecto corto, que la procesión no tenía en esta ocasión la intención de llegar hasta el Concello de Cangas, que rodearía la Alameda Vella para después volver a subir por la calle Real. Pero ni con esas. Quizás no vino mal que el fuerte aguacero hiciera acto de presencia nada más salir la imagen del templo, de esa manera no la cogió al descubierto y no se produjeron los daños del pasado año. Ahora queda la esperanza de salir el Jueves Santo. Las perdiciones son más favorables, pero tampoco para echar cohetes. Los meteorólogos aconsejan prudencia.

La exposición de las fotografías de Semana Santa realizadas por el colectivo Abrenoite ponen al descubierto la Semana Santa de Cangas, aquellos detalles que permanecen guardados en los rincones de los preparativos, pero también se fijan en la humanidad de aquellos que hacen posible que la Semana Santa de Cangas sea una realidad.