La presencia de la marea roja a estas alturas era previsible y por eso el sector buenense intentó moverse con rapidez para colocar antes del cierre la producción que tenía en las bateas. Pero lo hizo a un precio menor que otros años, algo atribuible a dos razones. Una, la clásica desorganización y desunión que existe entre los mejilloneros gallegos. La otra es que por primera vez en mucho tiempo los bateeiros de Bueu apostaron por vender gran parte de su producción a la industria en lugar de la venta en fresco. El mejillón de esta zona se caracteriza por tener una concha muy grande, pero con un menor rendimiento en carne a pesar de su gran calidad. El kilo de bivalvo para fábrica se estuvi vendiendo a un precio medio de 0,55 euros mientras que el grande para fresco se movió alrededor de los 0,80 euros.

Nueva cría en las cuerdas

El cierre decretado en los polígonos de Bueu y Portonovo en los últimos días coge a los profesionales en plena tarea de colocar en las cuerdas de las bateas la cría del mejillón porque en breve comenzará la época del desove.