FARO pudo hablar ayer con los dos técnicos de transporte sanitario que estaban de guardia el miércoles por la tarde en Bueu, Juan Padín como conductor y Héctor Castro como ayudante. Los dos se mostraron reacios a hablar, aunque reconocieron sentirse afectados y "consternados" con lo sucedido. "El hecho de que aunque hubiésemos llegado en pocos minutos y sin problemas no hubiese servido para salvar a esta persona (falleció de un infarto fulminante) no supone ningún consuelo. Siempre intentamos hacer un trabajo perfecto", explicaba ayer Padín. "Estamos consternados. Esta experiencia debe servir para aprender y un poco también para olvidar", admitía su compañero Héctor Castro.

Uno es de A Lanzada y el otro de Vilagarcía y su presencia en Bueu hasta la fecha ha sido "esporádica". "Sin embargo, que la ambulancia se quede atrapada en un camino del rural es más habitual de lo que parece", apunta el conductor. El miércoles recibieron el aviso para acudir "a Bon de Abaixo, a una finca que estaba antes de llegar a la playa". El vehículo se puso en marcha y se encaminó correctamente. "Llegamos a un punto en el que un cartel nos indicaba Bon de Abaixo y nos metimos. En este trabajo siempre vas justo de tiempo y tienes que tomar decisiones rápidas", cuenta Juan Padín. Pero nada más entrar en el vial, cuyo primer tramo estaba asfaltado, se encontraron sin salida debido a su mal estado. "Era imposible volver sobre nuestros pasos", subrayan.

"Llevo cuatro años como conductor, moviéndome por distintas bases. Te genera cierto estrés, pero aunque lleves 15 años en un lugar no es imposible que te pase algo así", concluye.