Una sobrecarga en el enchufe en el que estaban conectadas una lavadora y una secadora en una vivienda de un edificio de cinco plantas en el número 27 de la calle Ramón Cabanillas de Moaña, provocó un incendio y una gran humareda que se extendió por las escaleras del inmueble, aunque no hubo que lamentar daños personales. Además de la inquilina del piso afectado, en la primera planta, solo se encontraba en ese momento en el edificio una mujer que vive en el cuarto y que se percató de lo que sucedía cuando bajaba al portal. Al acabar todo, restó importancia a lo sucedido.

El incendio se produjo a las 9.30 horas cuando en el piso se encontraba una joven, B.G.C., posiblemente hija o nieta del propietario J.C.C., que en seguida alertó al 112 de que estaba ardiendo una secadora. El aparato estaba ubicado en un office de la cocina, con galería a la calle Concepción Arenal, y en donde se encontraba también un sofá que quedó destrozado, pasto de las llamas. El fuego, que se originó por una sobrecarga en el cable eléctrico, según los bomberos, se propagó al sofá, que empezó a arder con rapidez. El fuego calcinó esta parte de la cocina mientras que la restante y las habitaciones de la casa quedaron dañadas por el intenso humo negro.

La central de emergencias desplazó hasta el inmueble a Policía Local, Protección Civil y Bomberos, que acudieron desde el parque de Bueu dos vehículos con un equipo de cinco personas. Los bomberos tuvieron que entrar en el piso con los equipos de respiración debido al intenso humo y tras localizar el foco del fuego coordinaron la extinción con la ayuda de Protección Civil. A los veinte minutos estaba sofocado aunque permanecieron en el inmueble otros veinte minutos realizando labores de ventilación. El jefe de los Bomberos, Pachi Mariño, alerta del peligro de conectar varios aparatos de gran potencia a un solo enchufe.