Berto Romero llega a Cangas con dos deseos muy claros: hacer reír a su público y no abusar de los encantos culinarios gallegos. Y es que en esta ocasión, no es la comida el motivo de su visita, sino la presentación de su nuevo espectáculo "Berto Romero sigue con nosotros". Asegura que, aunque el marisco es un producto muy atractivo, le resulta más interesante la idea de provocar carcajadas desmedidas entre sus seguidores. Este domingo, a partir de las ocho de la tarde, el humor del catalán invadirá cada rincón del auditorio.

- ¿Tiene buenos recuerdos de Cangas?

- Estuve allí hace tres años más o menos y fue una experiencia muy buena. Trabajamos mucho en Galicia, tenemos mucha sintonía con los gallegos y comprenden muy bien nuestro humor y retranca.

- ¿Y qué opina un cómico de la famosa comida gallega?

-Me ha provocado muchas alegrías y muchos problemas. Yo soy de comer poco y moderado, no de pegarme comilonas. Empiezo a comer platos típicos de Galicia y es una locura porque tienes que probarlo todo. Un vinito por aquí, su marisco por allá y siempre vuelvo malo. Mi última hazaña memorable fue con las ostras y estuve fatal durante días. Ahora me modero, es una relación de amor odio.

- ¿El humor es una fuente inagotable?

- Yo intento observarlo todo con vistas a hacer un chiste y el cerebro es como un músculo, que hace lo que le pides. Si te fijas en en tonterías haces gimnasia y estás en continua señal de alerta.

- Por tanto, ¿su radar humorístico llega a apagarse?

- No, siempre está encendido. Lo que para mucha gente es un chistecito para nosotros, los humoristas, es nuestro trabajo. Yo lo apunto todo y luego invento una historia. Para ser cómico tienes que tener una parte hecha de fábrica, caer bien, tener un físico raro y el resto es cuestión de trabajo.

- ¿Y siempre existió ese instinto cómico dentro de usted?

- Siempre lo tuve y lo he ido construyendo poco a poco. Si de pequeño me daba un golpe y la gente se reía yo lo intentaba repetir. Y no, no era masoca, era mi instinto. Luego me profesionalicé.

- ¿Y sabe lo que es subir a un escenario y que el público no se ría de sus gracias?

- Sí que me ha pasado. Al principio mucho más que ahora, cuando no te conocen es más difícil pero ahora aprendí a corregir el tiro más rápido. Pero no existen las fórmulas mágicas, siempre te equivocas.

- ¿Y qué novedad destacaría de su nuevo espectáculo?

- Es una evolución de lo que yo hago con un paso más allá, pero sin alejarme. Es un monólogo al uso pero con canciones de hip hop y videos. También hice un cambio en los temas porque antes hablaba de mi época post adolescente, cuando las chicas no me querían porque era feo. Ahora sigo siendo feo pero he encontrado a una chica que me quiere, así que tengo nuevas cosas que contar. He dado un paso más allá a mi espectáculo, un toque nuevo, pero sin excederme.