El fin de semana del 19 de marzo siempre era una fecha marcada en el calendario de eventos de Moaña gracias a la celebración de su Festa da Chuleta, que además de su componente gastronómico, tenía un atractivo turístico con la celebración de un concurso de cortadores de troncos. Pero en la edición de 2009 el accidente que sufrió un niño moañés que resultó herido en la cabeza con un hacha que resbaló de la mano a un leñador mientras cortaba un tronco a una altura de más de un metro, provocó el fin de esta fiesta. En un principio, la comisión presidida por José Pastoriza hablaba de una cancelación temporal, pero han pasado cuatro años y la fiesta sigue sin celebrarse. Pastoriza confirmaba ayer que la edición de este año tampoco saldrá adelante y lo achaca a todos los problemas que generó aquel incidente que todavía no se ha cerrado y sigue pendiente de un juicio que está señalado para junio.

La familia del menor, que por aquel entonces tenía 10 años, reclama una indemnización de 90.000 euros por los daños que sufrió el niño, La madre Isabel Entenza asegura que su hijo sufre migrañas cada vez que realiza un esfuerzo. El pequeño contemplaba ese día con sus padres el concurso de la tala de troncos, detrás de las cintas de seguridad, cuando a uno de los "aizcolaris", de origen asturiano, y que ya hacía cuatro años que acudía a este certamen, le resbaló el hacha y golpeó con el mango de madera al niño en la cabeza. El menor fue trasladado a un hospital vigués en donde fue tratado de un traumatismo craneoencefálico, fractura frontal y parietal izquierda además de herida inciso contusa en el cuero cabelludo.

En un primer momento, la familia llevó la demanda judicial por la vía penal con la intención de evitar que continuaran organizándose eventos de este tipo y sentó en el banquillo al leñador, al presidente de la comisión de fiestas, al alcalde y al teniente de alcalde de entonces, José Manuel Millán y Víctor Pastoriza, respectivamente. Les quería hacer responsables de las medidas de seguridad. El juicio se celebró en Cangas el 2 de febrero de 2010. Alcalde y teniente de alcalde fueron absueltos, mientras que el leñador y el presidente de la comisión organizadora fueron condenados por una falta de imprudencia a 180 euros de multa cada uno. Un año después, en enero de 2011, la sección cuarta de la Audiencia de Pontevedra absolvió a los dos condenados en el recurso que presentaron, defendidos por el abogado moañés Luis Pena. La Audiencia señaló que los datos en los que se basa el razonamiento de la sentencia implican certeza subjetiva de la culpabilidad. El último acto judicial que se celebró fue en julio de 2011 en una conciliación solicitada por la familia que demanda a la compañía de seguros el pago de 90.000 euros.