El joven cangués de 24 años de edad, Raúl Rodal Santos, fue hallado muerto ayer por la tarde sobre el lecho de río Bouzós, en el barrio cangués de Romarigo, justo detrás de la piscina H20. Su cuerpo se encontraba boca abajo con la cabeza dentro del agua cuando lo encontró Manuel Pastoriza, el propietario de la finca de frutales que limpiaba el joven, alrededor de las 16.45. "Empezamos a traballar as 16.30 horas. Perdino de vista un momento porque fun a buscar unhas cousas en candoregresei atopeino boca abaxio no río. Debeu de darlle algo...e afogouse", comentaba con entereza Manuel Pastoriza que aseguraba que acostumbraba a llamarlo para trabajar con él porque era amigo de un chófer de su empresa de frutas. Fue él quien llamó al 061, que no tardó en personarse en el punto trasladando en una ambulancia a un médico del centro de salud de Cangas. Los vecinos lo habían tratado de reanimar sin éxito, y también fracasó en el intento el facultativo que había llegado con la ambulancia. El joven estaba muerto.

Poco después llegaron los miembros del grupo de emergencias de Cangas, la Policía Local de Cangas y la Policía Judicial. Fueron éstos últimos quienes avisaron al juez de guardia, pero hubo que esperar hasta las 19,15 horas hasta que llegara la médico forense para que certificara la muerte del joven y poder levantar el cadáver. Entre tanto, poco a poco se iba conociendo más datos de la víctima y unos y otros intentaba ponerse en contacto con los familiares. Su madre vive desde hace tiempo en Canarias. El padre y los dos hermanos del fallecido llegaron poco antes que la médico forense. La noche se había echado encima y el frío helaba los huesos cuando la hermana y el hermano de Raúl se presentaron en la zona preguntando si era verdad lo que habían escuchado de que su hermano había muerto. Las palabras se hicieron llanto cuando desde la serenidad de los grupos de emergencia se les explicó lo sucedido. Además, los empleados de la funeraria, paseándose uniformados por el lugar, no dejaban lugar a ninguna duda. Todo esto ocurría bajo la atenta mirada del alcalde de Cangas y de la edil responsable de Policía Local y Protección Civil, José Enrique Sotelo y María Luisa Prieto, que se habían acercado hasta el lugar nada más saltar la alarma en la Policía Local. Ellos hablaron con el propietario de la finca, que volvió a dar su versión de que el joven debió sufrir algún tipo de infarto o algo, porque no había otra explicación. Las fuerzas de seguridad confirmaban que el cadáver no presentaba síntomas de violencia. Serán las pruebas forenses las que determinen si Raúl Rodal Santos sufrió algún tipo de accidente vascular y si falleció como consecuencia del mismo o contribuyó a ello el hecho de que al perder el sentido cayera sobre el río Bouzós, aunque a su paso por Romarigo el lecho es estrecho y el cauce apenas tiene dos cuartas .

Tras una tensa espera, el padre y los hermanos pudieron pasar al lugar donde se hallaba el cuerpo sin vida de Raúl Rodal Santos. Había que pasar al otro lado del río para ver el cadáver custodiado por la Guardia Civil. Solo el movimiento de las linternas delataba el lugar donde se había producido el trágico suceso. El furgón de una funeraria hacía tiempo que montaba guardia a este lado del río preparado para llevarse el cadáver .