"A situación é insoportable", afirmaba ayer el vecino de Cangas Antonio Graña Graña, afectado por las participaciones preferentes de Novagalicia, que decidió acampar en su tienda delante de la oficina central de la entidad bancaria en Cangas, en la calle Eugenio Sequeiros. Junto a él, una joven, Sonia Pardo, que optó por pertrecharse en el cajero de la citada oficina. Uno en la tienda y otro en el cajero permanecerán los días que haga falta y que el cuerpo aguante para protestar por el "engaño" de las preferentes. Ambos están afectados, ambos están hartos de reclamar y de acudir a todas las movilizaciones que convocó la plataforma de O Morrazo. Mientras se instalaba en el cajero, colocando las mantas para dormir, Sonia Pardo recordaba como su hija de 7 años también está afectada por una libreta de 600 euros.

Antonio Graña afirma que no tiene contrato firmado y que le fueron entregadas unas libretas días después de cada operación por extrabajadores de la entidad. También recuerda que tiene una minusvalía del 38%. Asegura que los datos demuestran que él está dentro de esas personas que reclamaba Juan Díaz Arnau en la reunión que mantuvo con la Plataforma y con el alcalde de Cangas, donde pedía que si conocían algún aso en que no existieran contratos firmados o que tengan una minusvalía o bien una enfermedad grave, "lo hagan conocer al banco".

Los afectados ya habían anunciado que sus movilizaciones se iban a endurecer. Ayer por la mañana volvieron a concentrarse afectados por todas las oficinas, tanto de Cangas como de Moaña. En este último municipio, medio centenar de vecinos se congregaron frente a la oficina central portando de nuevo cruces para simular el "entierro" de Novagalicia".

Humberto Gestido insiste en reclamar el arbitraje para todos. Y así lo exclamaba mientras le duele pensar que unos ya cobraron y otros muchos no: "No puede ser para unos sí y para otros no". Considera que con la medida impuesta por Bruselas "nos volverán a engañar".