El equipo de gobierno de Moaña analiza una nueva propuesta para remediar el problema de malos olores de la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) del barrio de O Latón y que permitiría ahorrar más de 150.000 euros y semanas de trabajo. El nuevo planteamiento sustituiría al proyecto que baraja desde hace años el Concello, concretamente desde el 2008, y en el que se propone la construcción de una cubierta y una solera de hormigón en la que se realizaría un proceso de desodorización por vía química.

En este nuevo supuesto se pretende tratar los hedores mediante la electrólisis, que eliminarían las cargas biológicas que provocan los malos olores dentro de la planta. Se trata de un proceso intensivo que erradicaría el problema gracias a la generación de oxidantes que permiten la inhibición del olor en todos los puntos en los que se focalice. La desodorización se aplicaría en el conjunto de la instalación de tratamiento del agua residual de Moaña.

Esta proposición llega días después de que el regidor moañés, José Fervenza, remitiese a la Consellería de Medio Ambiente el anterior proyecto para ser analizado y buscar una vía de financiación. El alcalde no descarta enviar este nuevo estudio que podría resultar más factible, máxime en tiempos de crisis, dado que su presupuesto ronda los 55.000 euros, es decir, tres veces menor que el anterior plan.

Una de las ventajas que más contentan al regidor es la posibilidad de erradicar el problema "nun único día e empregando a auga do mar", tal y como refleja el estudio. Y es que, según se especifica, el equipo electrolítico se pondría en marcha de forma automática y tras una instalación de 24 horas, que reduciría considerablemente los costes que generan pagar a un equipo humano. La empresa garantiza que existe una mejora en el tratamiento posterior del agua residual, además de un mantenimiento sencillo y que no supone un desembolso importante para el equipo encargado del funcionamiento de la EDAR.

El nuevo sistema basa su funcionamiento en un pequeño circuito que se alimentaría del agua de la ría de Vigo. Acto seguido, la muestra acuosa se trasladaría a un tanque de acumulación de salmuera y a un depósito de tratamiento, donde entraría en contacto con el equipo electrolítico que realiza el proceso clave para la desodorización en toda la planta de la EDAR. Existe, además, un depósito de reserva donde se acumulan los oxidantes, encargados de acabar con el mal olor y que está conectado directamente con el resto de la instalación.

Para poner en marcha el equipo no es necesario utilizar productos químicos, sino que bastaría con unos 30 minutos para generar los primeros oxidantes que frenarían el olor al momento y resolverían un problema que afecta a los vecinos desde hace años.