El robo de dos rosarios de oro de la Virgen del Rosario en la excolegiata de Cangas no es el primero que sufre la iglesia parroquial y, en concreto, esta misma imagen que desde hace 25 años cuida como camarera y mayordomo la vecina de Cangas Ángela Soliño. El párroco Jesús Barreiro asegura que hace ya unos años se produjo también un robo de joyas de la imagen que fue denunciado aunque después, según señala, en el Juzgado le confirmaron que habían sido recuperadas algunas piezas pero, sin embargo, nunca fueron devueltas a la parroquia. Jesús Barreiro no podía confirmar ayer el número de joyas robadas ni recuperadas entonces, sí que había cadenas y alguna medalla de las que nunca más supo.

La camarera de la Virgen del Rosario, Ángela Soliño, asegura que efectivamente se produjo ese anterior robo, pero su delicada memoria no le permite recordar qué piezas habían sido sustraídas. Sí confirma que no volvieron a entregárselas.

Respecto al robo de los dos rosarios de oro, ocurrido en la mañana del miércoles dentro de la iglesia cuando Ángela Soliño arreglaba el camerino de la Virgen, asegura que nada sabe de la investigación que abrió la Guardia Civil tras su denuncia en el cuartel en la que aportó varias fotografías de la Virgen con los rosarios para identificarlos en caso de que circulen por el mercado negro de compra-venta de oro. El robo se produjo cuando Ángela Soliño limpiaba subida a una escalera el camerino de la Virgen. Antes había bajado la talla hasta el altar y junto a ella depositó los dos rosarios que solo se cuelgan de la mano de la Virgen y del niño con motivo de la celebración de su día el 7 de octubre. La camarera estaba estos días arreglando la imagen precisamente para la misa de celebración de ese día. La mujer sospecha de una pareja con aspecto abandonado que cuando ella limpiaba y adornaba el camerino se acercó para preguntarle qué hacía. Ella les contestó que preparaba la Virgen para su celebración y el hombre y la mujer se fueron. Cuando Ángela quiso coger los rosarios encima del altar ya no estaban. La camarera, aunque muy nerviosa estos días por lo sucedido, sigue trabajando en el arreglo de la imagen y dice que para la misa, si es que no aparecen los rosarios de oro, colgará uno de plata antiguo.

El párroco no podía precisar ayer el valor económico de los dos rosarios de oro aunque sí que dice que estaban tasados por joyeros. Respecto a las medidas de seguridad en la iglesia, afirma que la excolegiata dispone de alarma, pero funciona cuando está cerrada y de noche, y que cuando permanece abierta siempre hay alguna persona vigilando. El párroco asegura que aparte de aquellos robos de cadenas en la imagen, no se habían producido otros tan importantes como el de estos dos rosarios de oro y que lo más común era la desaparición del dinero de los petos.

En el cuartel en Cangas no aportaron ayer novedades respecto a la investigación del robo de estos dos rosarios de oro.