La Asociación animalista Libera ha vuelto a denunciar la presencia de un caballo con cepo en las inmediaciones de un monte comunal en Domaio, en Moaña, lo que pone en evidencia que esta práctica de maltrato animal continúa realizándose pese a las constantes denuncias de este colectivo que incluso llevó ante la Fiscalía la situación. El representante de Libera en Galicia, Rubén Pérez Sueiras, señala que el hallazgo de esta semana se suma a la diltada lista de avistamientos de caballos inmovilizados, una costumbra que no parece disminuir entre los ganaderos pontevedreses y que causa graves patologías a los animales, muriendo muchos de ellos sin recibir atención veterinaria: "Es una crueldad que no se puede castigar gracias a la prácticamente nula implantación del microchip en la cabaña equina".

Libera lleva cinco años denunciando este tipo de maltrato animal y en su web tiene abierta una campaña de denuncia a través de la cual se exponen casos detectados en Galicia. Muchas de las denuncias son de caballos avistados en los montes de Domaio. Sin embargo, la campaña de Libera no ha logrado erradicar esta práctica. Pérez reconoce que por un lado se ha dado un empujón a las fiscalías de la provincia para que actúen y de hecho hay abiertas diligencias penales en algunos juzgados que demuetsran que esta práctica puede ser constitutiva de delito de maltrato hacia los animales, aunque también asegura que la parte negativa es que la falta de un microchip impide identificar a los animales y propicia que parte de las investigaciones se cierren sin hallar a los responsables de los cepos o trancas. "Siempre procuramos ofrecer la máxima información con fotos, localizaciones, antecedentes (por si es el mismo caballo), pero si la Xunta no aplica con mayor diligencia y obliga a colocar el microchip, mal vamos".