"Aquí no hay salida laboral". Ésta es la idea que reina entre una gran parte de los jóvenes morracenses que ven con desesperación, al igual que en el resto de España, cómo se cierran las puertas del mercado de trabajo. Con el índice de paro en cifras récord, sobre todo entre el sector juvenil, muchos consideran que llegó la hora de preparar el equipaje para abandonar su tierra natal en busca de un porvenir mejor. En lo que va de año se han marchado ya de España 44.000 personas, un 44% más que en 2011.

La cifra de emigración se dispara cuando hablamos de licenciados, ingenieros o diplomados. La mayoría de jóvenes con estudios no están dispuestos a quedarse en casa sin obtener ganancia o ejerciendo otros trabajos que impiden progresar en su área de conocimiento. Quieren sentirse reconocidos y poder crecer en su campo profesional.

Pero emigrar no es tarea fácil. No lo era hace años y sigue sin serlo hoy en día, a pesar de los cambios generacionales y tecnológicos. La idea de volver a casa siempre ronda en la cabeza de la mayor parte de los que escogen la emigración como alternativa. Otros, los menos, se acomodan en su nuevo país de acogida y hacen vida lejos de su tierra natal.

Los destinos europeos son los más atractivos para los jóvenes de O Morrazo. Cientos de personas han decidido probar suerte en el Reino Unido, donde hay un gran cúmulo de morracenses. "Aquí hay muchísimos gallegos y españoles, es muy habitual encontrarte a gente que hable nuestro idioma en tiendas de ropa o en el sector de la hostelería", comenta Alba Pastoriza, de Bueu.

El idioma es uno de los principales problemas para la gran mayoría de los que deciden irse fuera. Son conscientes de que en Europa y en el resto del mundo domina el inglés y es necesario tener un buen nivel para poder ejercer un trabajo que requiera estudios superiores. Además, el hecho de dominar otra lengua favorece a la hora de encontrar luego un buen empleo en España.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que para irse y acceder a un buen puesto de trabajo es totalmente necesario tener un buen dominio del idioma. Por eso, muchos de los que deciden dar una oportunidad a la emigración buscan un primer trabajo en el sector servicios, como dependiente en una tienda o cuidando niños. Algunos, al conseguir un nivel avanzado regresan a casa para probar suerte. Otros se decantan por seguir en el país y buscar allí una oportunidad en su ámbito de estudios. "Mi idea es estudiar bien inglés y luego probar suerte en España; si no funciona, vuelvo a marcharme pero opto a otro trabajo", explica Alejandro Estévez, un joven cangués que vive en Norwich.

Internet es, sin duda, la herramienta más utilizada a la hora de encontrar trabajo. Existen múltiples opciones en la red, en las que se pueden encontrar diferentes ofertas dependiendo del oficio que se quiera ejercer. Sin embargo, también existen algunas páginas web en la que algún desalmado ofrece una buena oferta falsa con el fin de timar a personas en situación desesperada.

Ir y venir

Mientras la situación económica no cambie, el intercambio de culturas y las idas y venidas continuarán. Mientras que algunos apuestan por abrir negocios en tierras extranjeras, otros prefieren apostar por otras alternativas para mejorar las malas cifras que atormentan a España.

Ejemplo de ello es el caso de David Cabanelas, un joven buenense que ha saltado las fronteras para ejercer su oficio en la Cámara de Comercio española en China. Allí estuvo durante un periodo de tiempo pero, desde hace dos meses, está de nuevo en su villa natal. Confiesa que su prioridad es "encontrar algo aquí", aunque no descarta "buscarme un nuevo destino" en el que poder ampliar sus conocimientos. Para él, la clave del éxito reside en "confiar en uno mismo y en nuestras posibilidades".

De su experiencia en el extranjero, David Cabanelas aprendió una lección: encontrar trabajo fuera de España no es una tarea para nada sencilla, menos cuando "vas a la aventura", sin nada preparado. "Trabajar fuera es una alternativa, pero no una solución; se trata de una experiencia muy recomendable pero quizás la solución pase más por ser emprendedor, por innovar y por soluciones originales a los problemas a los que se enfrenta la sociedad", concluye.

Alejandro Estévez, Norwich (Reino Unido): "No es bueno estancarse; yo creo que todos deberíamos viajar"

No es la primera vez que Alejandro Estévez se lanza a la aventura de conocer mundo. Reconoce que le encanta viajar y conocer mundo y admira a las personas que, al igual que él, planifican su vida a corto plazo sin descartar moverse por otros países. Considera que es importante conocer otras culturas y saber cómo es la vida en otros países, lejos de casa. Sin embargo, la familia y amigos siempre son la gran ausencia en sus aventuras. No obstante, reconoce que "aquí en Norwich los españoles tenemos una pequeña gran familia".

La crisis económica también se está empezando a notar en su nuevo lugar de acogida. Sin embargo, allí tienen un sistema de ayudas sociales para la gente sin trabajo que son muy buenas. "En ese sentido están a años luz de España", explica. A pesar de que desea trabajar en algo acorde con sus estudios de Turismo, actualmente se gana la vida como operario en una fábrica. Aprender inglés y conocer otras culturas es su motivación a la hora de planificar cada viaje. Ya ha trabajado en países como Croacia o Italia.

Alba Pastoriza, Londres (Reino Unido): "Necesito aprender inglés para poder encontrar un trabajo en España"

Hace dos meses que Alba Pastoriza, vecina de Bueu, decidió hacer su maleta para irse a Londres. Diplomada en Magisterio y con años de experiencia a sus espaldas, es consciente de que necesita tener un buen nivel de inglés para poder optar a un puesto de trabajo dentro de su campo. Al igual que cientos de gallegos, trabaja como au pair, es decir, vive con una familia y cuida de los pequeños de la casa. En su caso, no resultó complicado encontrar un hueco dentro del panorama laboral inglés. Piensa quedarse en su país de acogida durante unos meses, hasta que perfeccione sus conocimientos en el idioma y mejore la situación en España. "Al haber menos trabajo exigen muchas más competencias y tengo que estar preparada", manifiesta. A su vuelta, espera "probar suerte con las oposiciones".

Su visión de España ha cambiado en los últimos meses y teme que la difícil situación económica se prolongue. Sin embargo, ella espera volver algún día a su hogar, ya que confiesa que "como en casa, en ningún sitio".

Felipe Otero, Seúl (Corea del Sur): "Me he adaptado perfectamente a la vida en Corea del Sur"

La vida laboral en Seúl se caracteriza por la competitividad, el sacrificio seguido de recompensa y la escasez de paro. El cangués Felipe Otero está muy contento con su nuevo destino, donde reside desde hace dos años, junto a su mujer y su hija. A pesar de que ahora mismo no ejerce de ingeniero técnico industrial, no descarta retomar su carrera profesional en un periodo corto de tiempo.

La mayor dificultad para adaptarse a su nueva vida fue el idioma, ya que "aún no lo domino y a veces me resulta difícil comunicarme con la gente". Sin embargo,vivir en Corea del Sur le resulta fácil ya que le gusta el estilo de vida y también la gastronomía.

Actualmente trabaja como community manager y traductor en la Organización de Turismo de Corea (KTO). Uno de los momentos más destacados de su estancia en este país fue cuando "llevé la bandera española en la ceremonia de apertura del Campeonato de Atletismo de Daegu 2011". En su tiempo libre, Felipe recoge ésta y otras experiencias personales dentro de su blog www.eurowon.com.

Anxo Otero, Philadelphia (Estados Unidos): "Cando estoy allá no me da tiempo a echar de menos Bueu; al final te acabas adaptando"

La aventura americana del buenense Anxo Otero empezó hace ocho años, cuando aceptó la oportunidad de trabajar como profesor de español en Chicago, con la intención de vivir en un sitio en el que se hablara inglés.

Tras tres años regresó a Bueu dispuesto a quedarse, pero unas malas oposiciones lo obligaron a volver a cruzar el Atlántico para instalarse en Bucks County, al norte de Philadelphia, donde trabaja como profesor de español en un colegio privado de Mainline. "Quería estar en Bueu, pero no podía quedarme dando clases particulares", afirma. Aunque tiene ganas de volver, es consciente de que aquí tiene pocas posibilidades laborales.

A pesar de las diferencias culturales, Otero se muestra contento con su vida en Estados Unidos, explicando como una vez que te marchas a un lugar que conoces y en que te sientes valorado, "¿que hacía yo entonces en Bueu?". Lo más difícil ahora que tiene dos niños pequeños es mantener los lazos familiares con Bueu, ya que "acabas estando en los dos sitios y al mismo tiempo en ninguno".

Guillermo Moreira, Isla Reunión: "En la época en la que estamos no hay que buscar trabajo, hay que crearlo"

Al este de Madagascar, a 10.000 kilómetros de España, se encuentra la Isla Reunión. Su clima tropical sitúa al archipiélago como un lugar idóneo para pasar unas buenas vacaciones. Sin embargo, este fue el sitio escogido por Guillermo Moreira para vivir. Aunque al principio marchó para una sustitución de unos cinco meses, el buenense lleva ya en la isla más de cuatro años.

"Me marché para buscar aventura", afirma Moreira. El gran mestizaje de la isla le ha permitido cumplir su objetivo, gracias al que se ha conocido personas de diversas culturas. El respeto es, afirma, uno de los valores más importantes de la isla. A pesar de que el nivel de vida es un poco más caro, a Moreira no le falta el trabajo, por lo que ha conseguido abrir su propia empresa de fisioterapia. Sin embargo, su plan es regresar a Bueu. "Pienso volver, aunque igual ahora no es el mejor momento para hacerlo", afirma. Y es que aunque allí el trabajo no le falta, es aquí donde están su familia y sus amigos. "El hecho de estar fuera me hace apreciar más lo que tengo aquí", concluye.