Las obras del nuevo emisario submarino de O Morrazo están finalizadas y los 45.000 habitantes de Cangas y Moaña comenzarán a recibir agua a través de la nueva conducción a partir de septiembre. Después de dos años de trabajo, incluidos cuatro meses de paralización por las disputas entre Xunta y Concello de Vigo, la conexión estará lista para estrenarse a finales de verano y Augas de Galicia tiene prevista su entrega en un plazo de poco más de un mes.

La actuación llevada a cabo por la UTE Bardera-Excover ha concluido tanto en el mar como en tierra y está siendo sometida ahora a pruebas de presión con el objetivo de garantizar su pleno rendimiento a la hora de bombear un caudal de 153 litros por segundo a través de los dos tramos que se han instalado.

La Consellería de Infraestructuras informó de que la tubería está "totalmente terminada" y actualmente se está "trabajando con el Concello" en la reposición de servicios y asfaltado de las calles bajo las que discurre la conexión. Las zonas en la que todavía se afanan los operarios son Camiño Espiñeiro, Enrique Lorenzo, Robleda y parte alta de la calle Cantabria.

Calle Enrique Lorenzo

Desde el ayuntamiento vigués también ofrecen un plazo aproximado de mes y medio para dejar finalizadas unas obras en las que colabora, especialmente en la humanización de la rúa Enrique Lorenzo, tras el acuerdo alcanzado el pasado de marzo entre las dos administraciones para ejecutar los últimos trabajos.

La instalación de un nuevo emisario submarino se aprobó en el año 2009 para poder aumentar el caudal de agua que se suministra desde Eiras a O Morrazo a través de la Estación de Tratamiento de Agua Potable (ETAP) de Casal (Vigo). Los municipios de Cangas y Moaña sufrían problemas de suministro durante el verano, por lo que la Consellería de Infraestructuras aprobó la inversión inicial de 5,4 millones de euros para desdoblar la tubería, aunque finalmente llegó a los 7,3 millones por las mejoras realizadas y la necesidad de realizar un by-pass de 260 metros a raíz de la rotura de la vieja instalación el último día de agosto del pasado año.

La infraestructura cuenta con una longitud superior a los nueve kilómetros: 3.300 metros desde Casal hasta Corno (Punta Lagoa), otros 3.800 metros bajo la Ría –se amplió en 350 metros a petición de los bateeiros para esquivar un polígono– y 2.760 hasta la conexión de Ameixonada (Moaña). Su puesta en marcha no solo aumenta el caudal sino que gracias al by-pass también permite disponer de una conexión alternativa en el caso de que se produzca una incidencia en la red submarina.

Dos años en obras, by-pass tras una rotura y un auto judicial

La actuación que lleva a cabo la Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Infraestructuras, a través de Augas de Galicia, ha estado rodeada por la polémica desde su puesta en marcha. Las obras se aprobaron en el año 2009 y se iniciaron en el tramo terrestre de Moaña en mayo de 2010, pero en febrero de 2011 el Concello de Vigo ordenó la paralización en las calles por las que discurría la conexión. Desde el ayuntamiento entendían que la Xunta estaba obligada a encargarse también de las humanizacioens de las calles en las que trabajaba y el asunto acabó en los juzgados.La Consellería recurrió al Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 2 de Vigo y un auto del juez ordenó el 24 de mayo de 2011, casi cuatro meses después, que se reanudasen los trabajos.

No acabaron ahí los problemas, puesto que el 31 de agosto se producía una rotura en la vieja conducción que obligaba a Augas de Galicia a dejar a O Morrazo sin suministro durante 24 horas. La solución inmediata fue la construcción de un by-pass para eludir la fuga y reparar la avería sin dejar a Cangas y Moaña sin conexión.

En marzo de este año se alcanzaba un acuerdo entre Xunta y Concello por medio del que se ponía fin a la polémica y ambas administracioens asumían el arreglo de las calles. En el convenio también se pactaba la ampliación de 780 metros en el trazado del emisario y la sustitución de redes subterráneas en Frián, Robleda y la calle Gonderán.