Desde Punta Couso no se divisaba la ballena, bueno los restos del animal. Sus 10 metros de largo y sus 9 toneladas de peso apenas eran visibles desde el acantilado de esta parte de la Costa da Vela, en la ría de Aldán. Sí que se podía divisar como la lancha Salvamar Mirach se dirigía a su captura a toda máquina. La jornada de retirada del animal no concluyó para su tripulación hasta las 21.00 horas. En esta ocasión, al contrario de lo que sucedió un año antes, el 7 de mayo de 2011, cuando la ballena llegó muerta, pero prácticamente intacta a la playa de Liméns , por lo que no hubo polémicas acerca de si se arrastraba al animal muerto mar adentro o se traía al muelle de Cangas, con el propósito de recoger muestras de tipo biológico, análisis genético, contaminación de metales pesados y reproducción. Según el Cemmar, la operación la dirigía ayer el director-conservador del Parque Nacional das Illas Atlánticas, José Antonio Fernández Bouza. Manifestó que la ballena se encontraba ya sin cola y sin cabeza. Salvamento Fisterra comunicó ayer el avistamiento de la ballena a las 13,30 horas, situando al mamífero a 1,3 millas de la costa. Sin embargo, desde Cemmar se asegura que desde hace una semana los barcos están dejando alertas de la presencia de la ballena, con el fin de evitar una colisión.

Poco se puede decir sobre las características de la ballena. Todo son suposiciones y algunas descripciones realizadas por la tripulación de Salvamar Mirach. Todo apunta a que se trate de una ballena roncual común, que tiene fijada su ruta migratoria por fuera de las islas Cíes, en su tránsito hacia el Sur de África hacia el hemisferio norte. Los expertos señalan que cada año acostumbran a aparecer una o dos ballenas varadas en la costa gallega. Si se trata de un roncual común, el ejemplar que después trasladaron unas 30 millas mar adentro, correspondía a una ballena joven, ya que el tamaño de ese animal es el segundo más grade del mundo, solo superado por el roncual azul, su cuerpo es estilizado y gris parduzco.

Pero lo cierto es que el lamentable estado en el que se encontraba la ballena hacía difícil reconocer a qué especie pertenecía.