El colectivo de anillamiento de aves, Anduriña, con sede en Cangas, logró la protección de un nido de píllara, con tres huevos, en las dunas de Nerga, y tras cuatro semanas de control de las aves incubando, nacieron los tres pollos. Las crías, del tamaño de una pelota de ping-pong, se esconden en la arena al paso de las personas por lo que, pasan normalmente desapercibidas. Por esta razón, desde el colectivo se recomienda caminar durante este mes lo más próximo al mar como sea posible y más lejos de la duna. Lo principal sería no llevar perros sueltos, ya que estos animales sí tienen una mayor habilidad para detectar a los pollos y podrían matarlos con la boca. De todas formas, desde el colectivo se teme que las lluvias de la semana pasada hubieran afectado a los pollos. De ser así, los adultos intentarían repetir el proceso durante los próximos 45 días.

Los responsables de Anduriña, Antonio Fernández Cordeiro y Alberto Pastoriza, aseguran que la población de la píllara en las dunas de Galicia es bastante frágil y se estima entre 66-72 parejas, de ahí que aparece como "vulnerable" en el Catálogo Galego de Especies Ameazadas.

La principal amenaza que sufre es la presión que soporta su restringido hábitat de reproducción por los usos recreativos en las playas, las actuaciones de mantenimiento (limpieza con máquinas) y la destrucción vegetal de la duna. La píllara anida en pequeñas depresiones de arena. Desde 2005, Anduriña constató ejemplares en el arenal de Nerga, que forma parte del Lugar de Interés Comunitario (LIC) de la Costa da Vela, en O Hío. En estas observaciones se obtuvieron registros de cría pero con el resultado del abandono del nido, de ahí la importancia de este nido en Nerga que se descubrió en Semana Santa. Anduriña estuvo realizando la custodia del nido, a 50 metros del mismo, informando a los paseantes. Se puso el hecho en conocimiento del Servicio de Conservación da Natureza de la Xunta para pedir medidas de protección. Se procedió a colocar un vallado de alambre con postes de madera y un cartel indicador, de forma que las personas pudieran observar el proceso sin acercarse demasiado. En la actualidad, el cercado ya se retiró de forma que todo parece normal en la playa, con la diferencia de que al menos dos de los tres pollos nacidos podrían seguir en el lugar, salvo que las lluvias les hubieran afectado.