La antigua fábrica de conservas Lago Paganini, en el muelle de Ojea de Cangas, vuelve a ser una realidad gracias al séptimo arte y al documental "A conserveira" que dirigió el barcelonés David Batlle. Meses antes del incendio que en diciembre de 2011 destruyó la planta, Batlles, con Carlos Vasquez (fotografía y cámara) e Inés Mestre (sonido), grabó toda la producción artesanal de esta industria con un siglo de vida. El documental será proyectado hoy en el Teatro Principal de Santiago (18.30 horas), como trabajo seleccionado que compite en el Festival Curtocircuito, dentro de la sección Compostelae en la categoría de documental.

Batlle se trasladó hace tres años a un festival de cortos a Tui y visitó la antigua fábrica de Massó, en Cangas, porque quería hacer un trabajo sobre industrias abandonadas. Pero cuando vio la conservera de Lago Paganini en el muelle de Ojea y a plena actividad, le pareció más interesante "hacer algo vivo" y reflejar el trabajo de una fábrica artesanal. Estuvo, con su equipo, con los que ya trabajó en la película "Cuchillo de palo" y en su primer corto "Mapas Migrantes (2009), grabando durante diez días en marzo de 2011, sin saber que unos meses después el trabajo pasaría a convertirse en un documental histórico. El fuego destruyó en la madrugada del 18 de diciembre toda la fábrica.

Cuando David Batlle le propuso a la familia Lago Paganini grabar la producción, les pareció muy interesante teniendo en cuenta que la concesión de los terrenos en el muelle de Ojea iba a finalizar en 2018 y que la fábrica se trasladaría en esa fecha, por lo que el documental sería testigo del fine de una época.

El trabajo entró en el circuito europeo de festivales de documentales y tras ser seleccionado para su proyección hoy en Santiago, volverá a proyectarse en Cangas este jueves en el Auditorio, a las 21.00 horas.