No era Moby Dick, pero su peso y su tamaño pusieron en un serio aprieto al operativo organizado ayer para su traslado. El izado y posterior despiece del rorcual común hallado hace casi dos semanas en la isla de Ons resultó una maniobra compleja y que no estuvo exenta de algún susto, como el fallo de una eslinga de anclaje. Finalmente el cetáceo "tocó" tierra a las seis de la tarde, dos horas después de su llegada a Bueu, y fue cargado en dos mitades en un camión que lo transportó a una planta de tratamiento de residuos en la localidad Cerceda.

El dispositivo movilizado generó una gran expectación en Bueu y antes de que el barco de Salvamento Marítimo llegase al entorno del puerto ya había más de un centenar de personas esperando la llegada del cetáceo. El animal fue enganchado a las tres de la tarde por el remolcador "María Pita" aprovechando la marea favorable en la playa de Melide. Al llegar al entorno del dique de abrigo fueron una embarcación auxiliar y la "Salvamar Mirach" quienes completaron la maniobra para acercar la ballena al puerto. El punto elegido para su izado fue la zona de embarque de las navieras que cubren los viajes entre Bueu y Ons.

Grúa de 30 toneladas

Para izar al cetáceo se movilizó una grúa de la empresa Estación, con capacidad para levantar hasta 30 toneladas. La primera tentativa de izado fue cerca de las cinco de la tarde y resultó fallida. Cuando la ballena estaba en el aire se rompió la eslinga de trincaje, con lo que el animal cayó de nuevo al mar. Este incidente fue un serio contratiempo y provocó algunas dudas: Justo antes de que cediese la eslinga, los sensores de la grúa registraban un peso de 22 toneladas cuando aún quedaba buena parte del animal en el agua. Los responsables del operativo, con el alcalde de Bueu al frente y acompañado por el patrón mayor de la cofradía, recurrieron a Nodosa y la empresa Servisub Bueu, que tiene su base en la misma zona y que cedió unos cabos con capacidad para soportar hasta 50 toneladas.

Aún así la maniobra no resultó sencilla. La grúa inició una segunda tentativa, pero tuvo que desistir para realizar nuevos ajustes. Finalmente a las seis de la tarde y al tercer intento la ballena pudo ser izada con éxito y colocada en la explanada contigua a las naves de rederas para iniciar los trabajos de despiece. De ello se encargaron voluntarios de la Coordinadora para o Estudo dos Mamíferos Mariños (Cemma), cuyos responsables calculan que el rorcual varado en Ons tenía una longitud de 18,5 metros y un peso de 25 toneladas. La hipótesis que manejan es que el cetáceo llevaba bastante tiempo muerto y que llegó a la isla buenense arrastrado por los temporales de las últimas semanas.

Alta mar

Ons forma parte del Parque Nacional Illas Atlánticas, por lo que en este dispositivo también intervino la dirección del espacio natural. Tanto sus responsables como los integrantes del Cemma rechazaron de plano la posibilidad de llevar el cetáceo mar adentro para que luego se fuese al fondo. Para que se hundiese sería necesario el uso de explosivos, pero no existe ningún protocolo que regule su utilización en estos casos. Y dejarla sin más en alta mar puede ser contraproducente. "Fíxose noutros casos e os animais acabaron chegando a outras praias en peor estado do que xa estaban", explica el presidente del Cemma, Alfredo López. Un ejemplo reciente fue el de la ballena hallada en el entorno de Cíes y que tras ser llevada mar adentro volvió a aparecer en otro punto de la costa.

Todo el proceso fue seguido con gran expectación por numerosos vecinos y curiosos, que no dejaban de tomar fotografías y grabar videos para recoger el momento. No obstante, muchos tuvieron que retirarse debido al intenso y desagradable olor que desprendía un animal que llevaba varias semanas muerto. Ese hedor se intensificó durante el izado y cuando se procedió a cortarlo en dos mitades. Previamente la explanada se cubrió con arena para evitar que los fluidos y las vísceras del animal se dispersasen por todo el entorno.

Una vez seccionado el rorcual, un trabajo realizado con motosierras y que se realizó con gran rapidez, fue cargado en un camión de la empresa Gesuga, que se encargó de su traslado a una planta ubicada en la localidad coruñesa de Cerceda. Cuando se levantaba la mitad en la que se encontraba la cabeza se desprendieron varias vértebras, unos restos óseos que el Cemma cederá al Parque Nacional Illas Atlánticas para incorporarlos a los fondos de sus centros de interpretación.

El trabajo se completó cuando eran ya cerca de las siete de la tarde y en la zona quedaron miembros del Grumir de Bueu para proceder a la limpieza de la explanada, una labor en la que estuvieron apoyados por un camión de los Bombeiros do Morrazo, que se encargó del baldeo. Además del Concello de Bueu, Salvamento Marítimo, Cemma y Parque Nacional Illas Atlánticas en este dispositivo intervino también la Consellería de Medio Ambiente a través de la Dirección Xeral de Calidade Ambiental, que fue la administración que se encargó de sufragar los costes de todos estos trabajos. Ya lo tuvo que hacer también hace algo más de un año, cuando entre los aparejos de un barco de Bueu apareció una tortuga laúd.