Ofelia Santos Fernández, vecina de Ameixoada (Moaña) protagonizó ayer uno de esos "milagros" de los que pueden presumir unos pocos afortunados: Cumplir cien años de vida. Nacida el 4 de diciembre de 1911 en el mismo barrio en el que vive actualmente, Santos ha aplicado toda su vida la receta de "trabajar mucho y duro, aprender constantemente y llevar la vida lo mejor que se pueda", una frase que repite muchas veces, según explican sus seres queridos. Compartió su vida con Claudino Martínez Molanes.

Ayer su familia quiso celebrar con ella la alegría de llegar al centenario y le organizó una suculenta comida en el restaurante Pereiro, de O Hío. Medio centenar de personas acudieron a la cita y la cumpleañera no se olvidó de pasar por la peluquería para una jornada en la que fue la absoluta protagonista. A lo largo de estos años ha visto como su familia crecía y ahora cuenta con tres hijas, 11 nietos, 20 bisnietos y un tataranieto de apenas dos meses. Sin contar con la familia política, sus allegados suman más de 50 personas. Ellos confirman que a Ofelia Santos nunca se le olvida el cumpleaños ni el santo de ninguno. No en vano se trata de una mujer religiosa, con mucha fe en los patrones de Moaña y en la Virgen de los Remedios.

La vecina de Ameixoada dedicó la mayor parte de su andadura vital a trabajar la agricultura y al cuidado del ganado. También comerció con productos del campo y con tabaco, en el estanco que heredó de su madre. Reconoce que en su juventud "la vida era muy dura y teníamos muy pocas comodidades. Además antes moría mucha gente trabajando en el mar". Sin embargo se muestra orgullosa de haber logrado todo lo que tiene con el sudor de su frente. También presume de saber leer, escribir, sumar y restar, algo no muy común para la gente de su generación. Aún así, su humildad le hace decir que se considera "analfabeta".

Pero la edad no pasa en balde para nadie y aunque mantiene una memoria envidiable sufre problemas de oído y vista. Todos los días hace el esfuerzo de levantarse de la cama, aunque para ello necesite de la ayuda de sus hijas. Ofelia Santos siempre muestra su preocupación por el bienestar de su familia. "Nos pregunta muchas veces si estamos trabajando, pues siente pena ante la falta de empleo", destaca una de sus bisnietas. Dice estar desconectada de la política, pero muestra una gran adaptación a los tiempos modernos al ver con buenos ojos que las parejas jóvenes ahora vivan juntos antes de casarse.

Tarde

La fiesta familiar se prolongó a lo largo de una tarde que será inolvidable para la vecina centenaria. Después de una comida con marisco, carne y pescado, no faltó una tarta en la que tuvo oportunidad de soplar las velas. Eso sí, las clásicas 100 velas fueron sustituidas por tres unidades formando esta cifra redonda, lo que a buen seguro le ayudó a apagarlas con éxito y pedir el siempre penúltimo deseo.