La empresa que venía ejecutando los trabajos en la histórica Casa Pazó de Quintela para convertirla en la primera guardería pública de Moaña, Varela Villamor, retomará los trabajos en 15 días. Ese fue el compromiso adquirido por el responsable de la misma, Ángel Fernández Presas, en la reunión que mantuvo ayer con el alcalde, José Fervenza, y que concluyó con una visita al inmueble. Los trabajos, que acumulaban un importante retraso desde que arrancaron en enero de 2009, llevan semanas parados al entrar la compañía en un concurso de acreedores. La administración concursal le permite ahora continuar con las obras que tenían en marcha y cuyo grado de ejecución superaba el 20%.

El gobierno local tiene ahora dos semanas para tramitar un cambio en la adjudicación de la obra, que pasará a nombre del Grupo Indeza, al que pertenece Varela Villamor. Fervenza manifiesta su intención de que finalice los trabajos la misma compañía, pues una nueva adjudicación supondría otro retraso.

Hasta enero, los trabajadores repondrán los daños causados por el incendio que se originó a comienzos de noviembre en la Casa Pazó y que rompió un ventanal y dañó una puerta. Aunque la reforma está bastante avanzada todavía faltan muchas jornadas de trabajo hasta su conclusión. Desde la empresa estimaron que el Concello deberá esperar unos cuatro meses en recibir la obra por lo que a finales de abril, si no vuelven a surgir complicaciones, estaría lista a finales de abril. Desde el ejecutivo local marcan el próximo mes de septiembre para su puesta en funcionamiento. El alcalde mantiene su intención de concertar una visita a las obras con la delegada de la Xunta en Vigo, Lucía Molares, para buscar el apoyo autonómico en la financiación de los trabajos.

Urbanización del entorno

Por otro lado el alcalde, que asegura que centrará "todos os esforzos técnicos e políticos en sacar adiante esta gardería", ya mantuvo los primeros contactos con la empresa propietaria de toda la finca, Islas Atlánticas. Con la aprobación del PXOM puede desarrollar los tres bloques de viviendas previstos en la parcela de 8.665 metros cuadrados. Esto le obligaría a urbanizar todo el entorno y la Casa Pazó pasaría a titularidad municipal, con lo que el Concello dejaría de pagar un alquiler.

Como mínimo, Fervenza pretende que se comprometan a nivelar y limpiar el terreno para que esté en las mejores condiciones cuando abra la guardería.