Todos coinciden: desde un punto de vista teórico la unión de varios concellos para mancomunar determinados servicios y reducir costes es la idónea. Pero teoría y realidad no siempre se ajustan y el invento puede acabar en una situación de asfixia financiera. Uno de los mejores ejemplos es la Mancomunidade do Morrazo, que a día de hoy arrastra una deuda que hace que su futuro más que negro parezca negrísimo. "Mancomunar servizos é a mellor opción, pero en ocasións aparecen determinadas cuestións ou imponderables que son os que desvirtúan este tipo de alternativas", reconoce el actual presidente de turno de la Mancomunidade do Morrazo, Félix Juncal. Básicamente se refiere, de manera casi eufemística, a los problemas de los concellos para hacer frente a las aportaciones a las que están obligados.

En el caso de O Morrazo, la Mancomunidade nació a finales de la década de los 90 con grandes aspiraciones y proyectos para intentar crear una imagen real de comarca. Más de una década después de todas aquellas ilusiones lo que queda es una ecorruta por los montes de O Morrazo, en ocasiones olvidada y descuidada, y un servicio de recogida de la basura que se ha convertido en una rémora y en un agujero negro a nivel económico. El ente supramunicipal de O Morrazo es el que acumula en toda Galicia una mayor deuda con Sogama, un débito que alcanza según los últimos datos los 5,6 millones de euros y la mitad corresponde al Concello de Cangas. No es la única deuda relacionada con el servicio de la basura: a FCC, con sentencia judicial firme, se le debe 1.160.000 euros por la planta de A Portela, una cuantía a la que hay que sumar todos los intereses generados hasta la fecha. La empresa Isolux Corsán dejó hace poco más de un año el servicio y no quiso saber nada de la licitación del nuevo contrato, cansada de los problemas para cobrar. Se fue con una deuda de 2.580.000 euros, de la que ya cobró 643.000 euros gracias al plan de pagos que firmaron ambas partes a finales de año. Y para acabar la losa de Urbaser, que abandonó el servicio en marzo de 2004 y que reclama en los juzgados una cuantía de 7,4 millones de euros. Por su parte la Mancomunidade presentó su propia propuesta de liquidación, radicalmente distinta y basada en los numerosos "incumplimientos" en los que habría incurrido la exconcesionaria. Según esos cálculos sería Urbaser la que debe casi 20.000 euros a los concellos de O Morrazo. El asunto sigue en los juzgados, que deberán decidir quien se acerca más a la realidad.

Así las cosas, no es extraño que el propio Félix Juncal reconozca que la experiencia de la Mancomunidade do Morrazo "non é de todo satisfactoria" y se muestre escéptico ante la posibilidad de reeditar nuevas experiencias al respecto. Desde Moaña, José Fervenza, admite que la gestión en O Morrazo, pero defiende la fórmula porque "noutros sitios sí que houbo bos resultados e todo canto sexa mancomunar servizos é bo". Por su parte, el alcalde del Concello de Cangas, José Enrique Sotelo, tampoco desehecha la opción de unir esfuerzos para prestar de manera conjunta servicios básicos para la ciudadanía. "O que fai falla é rigor e solvencia financeira, non se trata de crear chiringuitos sen sentido", razona. En este sentido Juncal y Sotelo coinciden a la hora de proponer alternativas para garantizar la solvencia de una mancomunidad de ayuntamientos: que la entidad supramunicipal tenga capacidad para retener a los concellos que no cumplan con sus compromisos fondos procedentes de su participación en los tributos del Estado. "Non é que sexa mellor ou peor opción, é que é a única posible", concede Sotelo. El regidor cangués es el próximo peresidente de turno de la Mancomunidade do Morrazo, pero ayer dejó en el aire algunas incógnitas. "Xa veremos si se colle a presidencia, quero centrarme no que teño que centrarme", en alusión a los graves problemas por los que atraviesa el Concello de Cangas.