Estos cuatro años en la Alcaldía no fueron precisamente la mejor terapia para aliviar el estrés. La crisis económica y financiera golpeó de lleno su mandato y fue el objetivo de los opositores más beligerantes al puerto deportivo de Massó. Fue insultada, amenazada y secuestrada en el Concello y hoy lamenta que los suyos hubiesen tenido que pasar también por lo que ella pasó. Por momentos, además de las amenazas y las coacciones, también hubo demandas. ¡Vamos, para no salir de casa! Reconoce que tuvo momentos flojos, pero que a medida que los tribunales de justicia le fueron dando la razón respiraba más hondo y se sentía más fuerte.

No se arrepiente de haber privado a Mariano Abalo de la concejalía de Urbanismo que ostentaba en el tripartito, ni que ese fuese el detonante para que ACE rompiera el pacto de gobierno. Hoy está convencida de que hizo lo correcto y que la decisión de arrojar del despacho a Mariano Abalo no fue precisamente una reacción por el acoso contra ella en el conflicto Massó, sino por la nula gestión que en materia urbanística realizaba. Recuerda que los expedientes se acumulaban en las dependencias municipales y que el Concello había entrado en un bucle del que solo se podía romper de la forma en que se hizo. Aún así recuerda "se fueron del gobierno porque no quise prevaricar". Pero todo esto la hizo más fuerte, más convencida de su trabajo, menos vulnerable y más dispuesta a levantarse y contragolpear. Ni ella ni el BNG quieren la alcaldía de a cualquier precio. Es algo que aprendieron durante ese mandato y por mucho que Abalo exija su cabeza para llegar a un pacto de gobierno, su opinión personal es que su partido no consentirá que desde fuera se impongan otras personas. En la oposición también se está bien, además, ahora reconoce los errores que cometió cuando ocupó estos banquillos. "No reniego de la oposición que hice a Sotelo, pero en determinados asuntos puede comprobar que me equivoqué. En la oposición pensaba que las cosas eran de otra manera".

Clara Millán se lamenta de la falta de tiempo, que 4 años no son nada y menos si son tan convulsos como los que se vivieron. Aún así cree que Cangas sufrió una transformación en este tiempo, pese a todas las trabas que se pusieron. Perdido el bipartito en la Xunta, Clara Millán se encontró, de repente, sin polígono industrial, sin residencia pública en Herbello y sin más humanizaciones. ¡"La crisis? No. La discriminación de la que fue objeto Cangas por parte de la Xunta" , sostiene Clara Millán. El PP es su otro frente, al que acusa de cobardía por no presentar una moción de censura.

Con 44 años, 17 de ellos en la vida política municipal, Clara Millán está convencida de que el clima de crispación política no terminará en Cangas mientras sigan en la vida pública Mariano Abalo y José Enrique Sotelo. Se reconoce como una mujer con carácter, pero nunca como una dictadora como la califican sus adversarios. Aprendió a luchar como gato panza arriba. No le quedó otra para sobrevivir al asedio, y si antes tenía remordimientos por levantar un pleno, ahora ya no.

¿Sus logros?. Para ella los más loables son los cotidianos, la satisfacción que le produce dar soluciones a los problemas de vecinos que acuden a la Alcaldía, donde dice que lo más importante es saber escuchar, que muchos es lo único que piden.

No es de la que presumen de solo ver los documentales de La 2. Confiesa su adicción a la telenovela "Amor en tiempos revueltos" y vuelca su pasión literaria con la lectura de novelas. Afirma que estos cuatro años fueron de mucha lectura, que era la mejor forma de desconectar del bullicio político. Ahora tiene en sus manos el libro de la escritora nicaragüense, Gioconda Belli, "La mujer habitada", pero así el último que recuerda que le gustó mucho fue "El tiempo entre costuras, de María Dueñas. Ya no pasea por la playa con su perra Lela, que se fue de su lado este año. Su lugar lo intenta ocupar otro perro, también de raza beagle, al que llama Toro. Pero no es igual. Sus paseos con él son demasiado sofocantes. Tiene recuerdos para los que se fueron en este mandato, Antonio Carballo, Carmiña, Sesi y David, amigos y colaboradores con los que compartió demasiadas cosas como para olvidarlo, así de repente. También se dio cuenta que la vida personal es muy importante.