El acuerdo alcanzado en el astillero de Domaio Rodman Polyships para la extinción del empleo a 72 trabajadores, que la plantilla aprobó por unanimidad el martes, tendrá, sin duda, unas duras consecuencias en la economía de la comarca, al poder incrementar de forma significativa el número de personas en situación de desempleo. Sobre todo afectaría a una Moaña en donde las estadísticas revelan que la crisis del sector naval provoca que aumenten cada mes el número de trabajadores que pierden su empleo, superando con creces los 2.300 parados. De todas formas, el impacto real en O Morrazo no se conocerá hasta la próxima semana, según reveló ayer el presidente del comité de personal, Moisés Currás (CIG).

De momento no se conoce la identidad de los trabajadores que romperán su relación laboral con la empresa. La próxima semana se decidirá, toda vez que se encuentra abierto el periodo para la adscripción voluntaria, al que se podrán acoger los trabajadores que decidan marcharse voluntariamente.

Rodman Polyships cuenta con una plantilla de 277 trabajadores, y un 40% de ellos vive en O Morrazo. Al final la negociación colectiva consiguió que se rebajasen a 72 los 120 despidos previstos. Los otros 48 trabajadores se acogerán a prejubilaciones, cesiones o serán traspasados a otras empresas del grupo Rodman.

Por su parte, el empresario moañés Manuel Santomé, que protagonizó una llamativa protesta –subiéndose a una grúa– para reclamar un dinero que le debe el astillero de Marín Factoría Naval, aseguró ayer que espera cobrar la deuda una vez que concluyan las negociaciones con la Xunta para el segundo pago a los acreedores constituidos en una plataforma. Espera que todo se resuelva antes de las elecciones del 22 de mayo.