Un rabioso silencio se dejaba notar en la comitiva fúnebre que acompañó los restos mortales del subteniente de la Guardia Civil Jorge Fernández Silvoso durante toda la ceremonia fúnebre que ayer por la tarde se desarrolló en Cambados.

El párroco José Aldao abrió la multitudinaria marcha que recorrió el trayecto de unos quinientos metros entre el tanatorio y la iglesia parroquial de Santa Mariña Dozo, en la bajada de la llamada avenida da Pastora.

Poco antes de las cinco salío el cuerpo de la sala velatoria en la que se habían concentrado sus numerosísimos amigos, pero también cientos de vecinos que han querido demostrar su pesar por la trágica e inexplicable muerte de este agente de la Guardia Civil, presuntamente a manos del hijo de su pareja sentimental y que ayer ya fue enviado a prisión tras declarar en los juzgados de Cangas.

La familia sigue muy desconcertada pues ninguno de sus allegados entiende cómo no fue capaz de defenderse de la agresión mortal, pues era un hombre entrenado para repeler este tipo de inesperadas y repentinas acciones.

Pero tampoco era ayer día de análisis reposados. Los hijos y los nueve hermanos no podían contener la emoción ni las lágrimas en este momento tan delicado para ellos. Y es que es la segunda muerte trágica que sucede en la familia en pocos años, pues otro de los hermanos de Jorge falleció en un accidente de aviación. Hace también cinco años que Jorge Fernández Silvoso había enviudado, lo que aumenta el dolor que en estas horas sienten sus hijos.

Por ello, el único consuelo que ayer tuvieron fue el verse arropados por los cientos de amigos que se granjeó Jorge Fernández en vida, sobre todo en sus destinos como guardia civil, tanto en O Grove, como Lalín, Gondomar o Cangas de O Morrazo, si bien pasó también una corta temporada destinado en León. Es precisamente su carácter conciliador, amigable y pacificador lo que han destacado todos los que le conocían. incluso sus hermanos quieren recordar que, sobre todo, "era un hombre bueno".

De ahí que Cangas no haya querido perderse esta ceremonia de despedida al que durante quince años fue comandante de su puesto de la Guardia Civil. Por ello, entre los presentes en la ceremonia se encontraba la alcaldesa, Clara Millán, o el diputado Enrique Sotelo, así como el exalcalde de Cambados, Santiago Tirado, o el concejal e íntimo amigo del finado, Antonio Iglesias.

También acudieron varios compañeros uniformados tanto del puesto morracense como del propio acuartelamiento de Cambados y no faltaron los voluntarios de Protección Civil ni agentes de la Policía Local de la villa en la que se jubiló hace 2 años, que le guardan gran estima por la estrecha colaboración que han tenido.

Ahora la familia tendrá ocasión de analizar qué ha pasado y por qué. Y es que la relación de Jorge Fernández con su nueva compañera tiene para todos ellos muchos puntos oscuros. Sus allegados aseguran que no la conocían y que sólo intuían la que fue una "fatal" relación.