La construcción de la futura guardería pública que se ubicará en la histórica Casa Pazó, en el barrio moañés de Quintela, se está prolongando en el tiempo mucho más de lo esperado. En estos momentos el Concello baraja el mes de marzo como fecha límite para el final de las obras. "Imos tratar de poñela en funcionamento no verán, sempre que se cumpran cos novos prazos de execución", indica el alcalde, Xosé Manuel Millán.

Las obras arrancaron formalmente en diciembre de 2008, aunque en la práctica los primeros trabajos datan de comienzos de 2009. En principio se preveía que la guardería pública estuviese lista en enero de 2010, pero la complejidad de los trabajos obligó a la administración local y la empresa encargada de su ejecución, Varela Villamor S.L., a firmar una modificación de contrato que incluía una ampliación de 4 meses en el plazo de ejecución. Pero desde entonces los trabajos siguen sin acabarse. De hecho, durante una visita realizada por el regidor con los responsables de la empresa en febrero se anunció que la obra estaría finalizada en junio aunque el servicio no podría estar funcionando hasta enero de 2011.

Al parecer, la conversión de la Casa Pazó en una guardería es más compleja de lo que se preveía. No en vano, los trabajadores de la constructora tuvieron que desmontar un tercio de la edificación y prácticamente construir un nuevo inmueble interior, conservando únicamente la fachada y el diseño estructural del mismo. En estos momentos se está realizando la instalación eléctrica, de la calefacción y la fontanería y esta previsto que esta misma semana se inicie la instalación de las ventanas.

Una vez acabada esta fase, en 2011 finalizarán los revestimientos interiores, la pintura de techos y paredes y los alicatados.

La dificultad de los trabajos y los problemas económicos que atraviesa la empresa encargada de los mismos están en la base de este retraso. No en vano, en agosto planteó un expediente de regulación de empleo por un periodo de seis meses que afectaría a toda la plantilla de trabajadores. Su firma, Indeza, atravesó también un proceso concursal.