Las estudiantes del IES As Barxas Paula Paz, Noemí Rouco y Raquel Paz ya se encuentran de regreso en Moaña después de pasar una semana en Polonia en un intercambio del proyecto Comenius, en el que el centro moañés está embarcado junto a otros institutos polacos, italianos, franceses, alemanes y rumanos. Todavía mantienen en la mente todo lo que vieron en un país desconocido para ellas, sobre todo la ciudad de Cracovia, que califican de "muy europea" con respecto a las zonas rurales del país. La única reserva de bisontes del continente o el recorrido por unas minas de sal que se explotan desde la Edad Media son otras de las actividades que más llamaron la atención a las estudiantes.

Junto a ellas acudieron las profesoras Palmira Calvar y María González, y todas coinciden en la gran hospitalidad demostrada por el pueblo polaco, aunque a las jóvenes lo que más le llamó la atención fue la fuerte religiosidad de sus anfitriones. "Te preguntaban si creías en Dios y cuando entramos en la catedral de Cracovia impactaba ver a mucha gente de nuestra edad rezando de rodillas", explica Raquel Paz. Asimismo, y a diferencia de lo que pasa en los institutos españoles, el silencio y la disciplina de los alumnos polacos no pasaron desapercibidos para las moañesas, que acudían a clase desde las 7.15 horas en la pequeña villa de Staszów. Aprovecharon una presentación para explicar a los estudiantes locales las excelencias del paisaje moañés.