Ese fenómeno político que sucedió en Francia y que se denominó cohabitación es cada vez más frecuente en Cangas. Esta semana quedó patente en varios hechos, pero el que tuvo más transcendencia fue el de conocer que el representante del Concello de Cangas en la asamblea de Caixanova, el concejal de Alternativa Canguesa de Esquerdas, Xosé Manuel Pazos, fue el único de todos los representantes municipales de la provincia de Pontevedra que votó en contra de la fusión con Caixa Galicia. Lo hizo, además, sin saber qué opinión tenía el gobierno local de la fusión y tampoco dio cuenta de su decisión a los miembros del gobierno, que como se sabe ya, están en minoría. Y es que ACE aún conserva determinados privilegios de su estancia en el tripartito. Pertenecer a la asamblea de Caixanova era uno de ellos, pese a ser contrario a los intereses que Caixanova tenía en Cangas, y que se centraban principalmente en el proyecto Massó, ahora paralizado. Esto no impidió nunca al edil Xosé Manuel Pazos mantener con la entidad unas buenas relaciones para conseguir convenios para el departamento del que era máximo responsable: Cultura. Pazos explicó ayer las razones que habían motivado su voto negativo. Principalmente argumentó porque en el nuevo consejo de administración estaban prácticamente las mismas personas que había hecho que la fusión fuese inevitable. Otro de los motivos fue lo que consideró excesiva reducción del dinero destinado a obra social, un 80%, dijo.

Paradojas

Aunque pueda parecer paradójico, la cohabitación hace posible que la alcaldesa de Cangas y los demás miembros del gobierno no supieran nada, que a todos les dejara un poco sorprendidos. Pero lo cierto es que el gobierno en minoría impide arrebatar a una persona que no es miembro de él un nombramiento acordado en la etapa anterior.

Ayer, este fenómeno también se puso de manifiesto en la comisión informativa de Urbanismo. Está presidida por el ex concejal de esta área, que es líder de la formación que se marchó del tripartito, Mariano Abalo. Ayer se preguntaba por la ausencia de la alcaldesa de esta comisión, donde se iba a abordar la situación urbanística como consecuencia de las sentencias desfavorables a la urbanización de Altamira. Pero lo cierto es que si no estaba era porque ella no forma parte de la comisión informativa de Urbanismo. Es más, los votos de ACE y PP impidieron esta remodelación, pese a que es la alcaldesa la que se encarga de este área.

Se da la circunstancia también en Urbanismo y en Cultura que son ediles de la oposición los que tienen que convocar las comisiones para plenos cuyos órdenes del día los configura la alcaldesa. Se puede dar la circunstancia que los ediles de la oposición convoquen comisión informativas para asuntos que no están dentro del orden del día, aunque después pueden entrar por urgencia al tener la oposición la mayoría.