El Servizo de Gardacostas de la Xunta de Galicia ha completado ya la inspección iniciada la semana pasada en la isla de Ons y que ha concluido con la apertura de un acta de infracción y con el decomiso de más de 1.600 kilogramos de pulpo, que se hallaba en cámaras frigoríficas. La razón esgrimida por el servicio autonómico es que la mercancía no tenía toda la documentación en regla y que no cumplía con todos los requisitos de sanidad.

El control se inició el jueves, cuando los guardacostas realizaron varias inspecciones en el puerto de Bueu, a barcos que se encontraban faenando en la Ría de Pontevedra y en la propia isla de Ons. Los agentes inspeccionaron un establecimiento comercial y según la Consellería do Mar se incautaron de pequeñas cantidades de pescado, nécoras, percebe, bruños y navajas. Además se procedió a precintar la cámara frigorífica del local, en la que había 1.681 kilogramos de cefalópodo, y se le concedió a los responsables un plazo de un día para presentar las facturas que acreditasen su compra legal. Así lo hicieron, pero esto no fue suficiente para evitar el acta de infracción y el decomiso de esa tonelada y media de pulpo ya que según el departamento autonómico no toda la documentación estaba en regla.

“Persecución”

Desde la Xunta de Galicia se negaron a revelar el nombre del establecimiento inspeccionado, pero FARO localizó a sus dueños en Ons, que se mostraron molestos por la actuación del Servizo de Gardacostas y que calificaron como “persecución”. “Vinieron a la hora de la comida e inspeccionaron sólo nuestro local. El pulpo que estaba en las cámaras es el que fuimos comprando legalmente durante todo el invierno y al día siguiente [el viernes] le presentamos las facturas”, explican los propietarios del negocio. Añaden que poco después de entregar esa documentación recibieron una llamada en la que se les autorizaba a abrir de nuevo los frigoríficos. “Por eso no entendemos que viniesen el lunes y se llevasen todo el pulpo, diciendo que era para pesarlo. Nosotros pensamos que todo estaba bien y prueba de ello es que durante el fin de semana no retiramos la mercancía”, afirman. Esta incautación supone también un revés en el apartado económico porque el cefalópodo estaba valorado en aproximadamente 15.000 euros.

La Consellería do Mar confirmó ayer este extremo, pero matizó que se autorizó la apertura de la cámara sólo para acceder el resto de la mercancía, con la prohibición de comercializar el pulpo porque estaba comisado. Al mismo tiempo confirmaron que éste fue retirado por el Servizo de Gardacostas el lunes y que se ha procedido a su destrucción, en lugar de distribuirlo entre centros o asociaciones benéficas, que es lo que se suele hacer en estos casos. Argumentan que las irregularidades no sólo se referían a la documentación, sino que también se alude a cuestiones de carácter sanitario.