Los moañeses celebrarán este lunes un Día das Letras Galegas muy especial, pues hace quince días y por casualidad se encontró en lo que queda en el municipio del archivo histórico de la iglesia de San Martiño (germen de Moaña) el que posiblemente es el documento escrito en gallego más antiguo del municipio. Se trata de un pergamino datado el 9 de noviembre de 1466. Consiste en el testamento de un acaudalado vecino y los historiadores explican que constituye la primera fundación de la que se tiene constancia en todo O Morrazo. Asimismo, defienden que se trata, "con total seguridad", del documento más antiguo que se encuentra en los archivos de la comarca, aunque haya otros anteriores de la zona guardados en archivos de Pontevedra o Madrid.

El pergamino fue descubierto por un vecino de Moaña, Gerardo Gayo, mientras revisaba libros de dicho archivo con el objetivo de conocer el árbol genealógico de su familia. Asombrado por el hallazgo avisó al investigador aficionado Manuel Uxío que se puso en contacto con historiadores de la zona para valorar el hallazgo. El valioso escrito se encuentra cosido a un libro de 1828, en donde el entonces párroco, José Antonio Mouriño, recopiló los datos existentes en el archivo sobre las fundaciones que se habían constituido en la parroquia a lo largo de la historia.

El actual cura de San Martiño, Manuel Barros Brey, explicó que el libro se encuentra en su casa de Meira, en donde también ejerce como sacerdote, después de que una parte del archivo se trasladase de la parroquia de San Martiño debido al mal estado de la casa rectoral. "Os libros máis antigos leváronse xa en 1995 ao Seminario Maior de Santiago, pero este pergamino no medio dun deles foi unha sorpresa para todos", explica el propio Manuel Barros. De momento el cura no se ha puesto en contacto con ninguna autoridad en la materia, pero asegura que en unos días enviará el libro con el pergamino al Seminario Maior, "onde o poden mostrar á xente e sobre todo coidalo e darlle o tratamento que precisa", a pesar de que los descubridores aseguran que se encuentra en un buen estado de conservación.

El testamento, escrito en gallego antiguo, pertenece a Alonso González. A lo largo del texto explica su voluntad de que la iglesia de Moaña cobre de su fortuna 20 maravedíes cada año y otros 12 maravedíes para el cura de dicha parroquia. A cambio, Alonso solicita la creación de la antigua capilla de San Bernardino, en donde pide que se entierre su cuerpo (se encontraba en el interior de la iglesia de San Martiño y desapareció con la ampliación del templo parroquial). Asimismo, también entrega a la iglesia sus tierras en las parroquias de Moaña, Coiro, Bueu, Ardán, Cela y Aldán.

Para su mujer, el autor del testamento deja todo lo que se encuentra en el interior de su vivienda excepto los objetos de plata y el dinero, y ordena a sus herederos que le den cada año pan y vino para ayudar a su manutención. Dentro de la repartición de la herencia Alonso González le entrega a su criado, Pedro González 600 maravedíes, una parte de sus ovejas e incluso un terreno en la zona de Cimadevila, en Cangas, en el caso de que éste contraiga matrimonio. Asimismo, también cede una parte de su dinero a algunos conocidos y familiares.

Los descubridores aseguran que se trata, además, del único documento escrito en gallego de los que se conservaron en el archivo de la rectoral de San Martiño. En el pergamino se aprecia como en 1466 los textos escritos en el idioma propio de Galicia ya utilizaban la letra "j" para sustituir a la "x" en muchas palabras, aunque simbolizando el mismo fonema, como ocurre en el portugués actual. Asimismo, se comprueba como el "seseo" era habitual en el habla de la zona. Sólo 15 años más tarde los Reyes Católicos impusieron el idioma castellano en todos los documentos futuros.

Exposición

Antes de enviarlo a Santiago, el documento podrá ser contemplado en el Var con Uve, de Abelendo, a partir del viernes y hasta el propio lunes 17, en una urna construida para tal fin.