Las memorias de un marinero de Moaña, llamado Luis Pérez Álvarez, han servido al historiador Dionisio Pereira y al investigador aficionado José Cabañas para establecer la existencia de una "gran fosa común" de represaliados durante la Guerra Civil (1936-1939) en el cuartel de Santocildes, situado en Astorga. "Esto viene a arrojar luz sobre un problema con el que nos encontrábamos, pues sólo había constancia de una "pequeña" fosa común en el cementerio municipal. Pero la cantidad de prisioneros que albergó la ciudad fue enorme, con una prisión y tres campos de concentración", relata Cabañas, que hizo público la existencia de este documento el fin de semana.

Y es que sólo en el cuartel de Santocildes se encerraron a unos 15.000 republicanos o simpatizantes del Frente Popular. "Además, la entidad militar de Astorga hizo que allí actuaran muchos tribunales militares, que dictaban continuamente sentencias de muerte y las ejecutaban, por eso sabíamos que tenía que haber otra fosa en Astorga", defiende Cabañas.

Uno de los represaliados fue Luis Pérez Álvarez, aunque el moañés, militante del sindicato anarquista CNT tuvo más suerte y fue liberado, bajo vigilancia, tras pasar seis años encarcelado, y pese a que su pena ascendía a 15 años. "Foi detido no 36 e pasou un tempo na prisión da illa de San Simón, ata que foi trasladado a Astorga, onde permaneceu ata 1942", señala Pereira. Las memorias las escribió en su Moaña natal y destinadas únicamente a sus familiares directos, aunque uno de sus nietos las puso a disposición de Dionisio Pereira y la intención es publicarlas íntegramente a finales de año.

Luis Pérez, apodado "Luis de Nacidas", describió en 1983 como los reclusos se encontraron con la fosa común cuando excavaban en un patio del cuartel para situar el palco que serviría a las celebraciones de la fiesta de la Merced. Pese a que no existe ningún proyecto para excavar y recuperar los restos de los asesinados, tanto Cabañas como Pereira reconocen que sería una misión muy difícil encontrar a los desaparecidos, "pues las memorias del moañés dejan entrever que los restos fueron trasladados de lugar para celebrar el evento, y evitar que se corriera la voz de lo sucedido".