La participación de Mecos en el Campeonato Territorial Sur de embarcaciones bateles (4 remeros y un timonel), que se celebró en Cangas el pasado fin de semana, ha quedado grabada en la retina de más de un remero tras lo sucedido al término de la clasificatoria sénior masculina cuando el batel de la entidad grovense regresaba a tierra tras clasificarse para la final del día siguiente. La tripulación encabezada por Beni Fábregas se disponía a realizar las maniobras de acercamiento a la rampa del puerto cuando notó el envite del delfín Gaspar, golpe que a punto estuvo de hacer volcar la embarcación de casi siete metros de eslora. Juan Ramón Outeda, presidente de la entidad, señala que "lo más impactante fue el tamaño del delfín. El golpe sobre el barco fue muy fuerte y a partir de ahí la tripulación cogió un poco de miedo porque si llega a volcar el barco quizá las consecuencias serían peores". Tras el primer contacto del lomo del delfín sobre la embarcación, uno de los remeros intentó ahuyentar al delfín con uno de sus remos, y el efecto resultó contrario, lo que dio lugar a unos violentos movimientos del animal.

Concretamente fue Martín Folgada el que emprendió la acción de ahuyentar a Gaspar, pero el delfín se revolvió bruscamente lo que provocó que la pala del remo se hiciese pedazos e incluso el propio Folgada sufriese un fuerte hematoma en las cervicales que, sin embargo, no le impidió tomar parte en la regata de la mañana del domingo.

Una de las cuestiones que Juan Ramón Outeda no pasó por alto fue la dimensión del pez, "era casi tan largo como o batel e cunha forza moi importante". Cabe señalar en este sentido que el conocido como Gaspar es un delfín mular de casi 400 kilos de peso que vive en las rías gallegas desde hace tres años. El propio Outeda quiso señalar que "son muchas las veces que algunos arroaces nos acompañan al lado del barco en entrenamientos, pero nunca tuvimos un percance así. Lo positivo es que no pasó nada, pero quizá sí se tratase de un batel con una tripulación más inexperta el ataque de pánico podría terminar en otra cosa".

El responsable del Grupo de Rescate y Estudio de Mamíferos Marinos (Gremmar), Antón Folgar, siempre advirtió que no se intentara jugar con Gaspar ya que "parece que lo hace, pero lo que quiere es coger lo que cree que se le ofrece". Aunque no suele atacar, puede ser peligroso jugar con él por su fuerza y elevado peso, unos 400 kilos. Folgar asegura que no es anormal que el animal atrape remos y los rompa, como hizo en Cangas.