Las mariscadoras de a pie de Moaña están aprovechando las grandes mareas de los últimos días para tratar de recuperar la producción de almeja japónica en la totalidad de la playa de Domaio. Para ello más de setenta trabajadoras se afanaron durante las mañanas del martes y de ayer en sembrar varios cientos de kilos de producto en la parte derecha del arenal, que fue la parte más perjudicada con las riadas sufridas en otoño del año 2006.

Desde que la playa quedara totalmente llena de ceniza, arrastrada por la lluvia desde los montes que fueron quemados durante la oleada de incendios del verano anterior, la almeja dejó de crecer de forma natural en esta zona, por eso ahora las mariscadoras tratan de recuperar la totalidad del arenal. "Aos tres meses das riadas fixemos un traballo similar, pero non se chegou a recuperar a producción", explica la presidenta del colectivo, Valentina Calvar.

En estos momentos, no estamos en un periodo de siembra propiamente dicho, por lo que los trabajos consisten en sacar la almeja de la parte izquierda de la playa para sembrarlo después en la parte derecha, "así non temos problema coa Xunta, porque non se trata de sementar novo producto, só de trasladalo de lugar", explica la mariscadora Isabel Ferradás.

En abril y mayo es cuando está previsto que las mariscadoras hagan paros biológicos y lleven a cabo siembras de producto comprado a piscifactorías o criado en la batea que tienen en Meira. Para entonces, en función de como evolucione el producto en la playa de Domaio, las mariscadoras podrían sembrar más producto en esta zona extraído de los otros arenales a los que van, en Meira y A Xunqueira. "Pero todo depende das mareas e do que digan os técnicos da Xunta", apunta Calvar.

La razón de que estas trabajadoras pongan tanto ahínco en recuperar la producción marisquera de Domaio se debe a la calidad que tenía el producto que extraían de esta playa. "Dende as riadas parte da praia quedou morta, pero Domaio sempre foi unha zona de moitísimo marisco, e sobre todo que se destacaba pola calidade do producto", señala la presidenta del colectivo de mariscadoras mientras cargaba con un de las decenas de pequeñas sacas que utilizaban ayer para transportar la almeja de un punto a otro de la playa. De hecho, aunque la marea sólo baja lo suficiente como para faenar en Domaio tres días al mes, muchas mariscadoras extraían producto con el rastrillo debido a su calidad.

En la siembra de ayer, aunque casi todo era almeja babosa, las trabajadoras también echaron pequeñas cantidades de almeja fina y berberecho.