Los casos de maltrato animal en la comarca no dan tregua. Ahora es un burro el que fue abandonado en la zona de Cruz da Maceira, en Moaña, y permaneció dos días tirado en una pista forestal por las lesiones que sufría en las patas. Una veterinaria acudió ayer al lugar en donde acabó con su agonía con una inyección.

Fueron los trabajadores de la brigada de prevención de incendios los que se encontraron con la cruel escena. Las lesiones que sufría el burro le impedían ponerse de pie, y constataron que aún tenía algo de paja por encima, lo que delata que procedía directamente de un establo.

Según la veterinaria y los miembros de la sociedad protectora de animales, los problemas del pollino procedían de que estuvo demasiado tiempo estabulado, sin salir a andar. Además sus pezuñas no fueron tratadas, y al no sufrir ningún tipo de desgaste crecen toda la vida y acaban deformándose. Esto dificultaría al animal ponerse a cuatro patas.

La decisión de acabar con la vida del burro se debió a que, según los expertos, aunque se alimentara, estas deformaciones irían a peor, y el équido nunca se podría poner en pie.

Uno de los trabajadores de la brigada contra incendios lamentó que ni el Concello, ni Seprona, ni la Guardia Civil, ni los agentes de Medio Ambiente, acudieran a comprobar el estado del animal el primer día. "Y eso que nosotros llamamos a todos". Las explicaciones que dieron fue que no encontraron al burro con las indicaciones que recibieron.

Por la noche el cuerpo muerto del animal todavía permanecía tendido en el suelo. Ahora deben ser los responsables del Concello los que lo recojan.

Los trabajadores se preguntan si las instituciones tienen establecido algún tipo de protocolo de actuación para los casos semejantes, y acusaron a su dueño de "tirarlo en el monte por miedo a recibir una denuncia debido a su lamentable estado".